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Un selecto programa de prestigiosos cantaores,
guitarristas y bailaores pusieron su granito de arena en la primera
gala del homenaje a Rafael Riqueni. Solo se cayó del cartel
José Mercé por problemas de contratación. Los
demás estuvieron todos. La madre, la mujer y el hijo del
guitarrista presentes en el concierto, recogieron las dedicatorias
y mensajes que todos los artistas hicieron al homenajeado. La convocatoria
fue todo un éxito de asistencia de público, pues se
agotaron las localidades y se llenó el Ateneo cultura de
Comisiones Obreras. Los que intervinieron además de su solidaridad
para ayudar económicamente a que Riqueni se recupere de los
problemas psicológicos que atraviesa, demostraron un poquito
de su arte.
José Manuel Gamboa y Juan Verdú que condujeron la
gala fueron expresando anécdotas sobre sus noches escuchando
a Riqueni y los lazos que le unía a cada uno de los artistas
que participaron. La mejor forma de comenzar esta actuación
era sin duda con guitarra y su amigo Enrique
de Melchor fue el primero en salir al escenario. Dado la cantidad
de artistas que formaban el programa, la mayoría de ellos
interpretaron dos temas, por lo que a pesar de que el concierto
duro casi tres horas, fue muy variado.
Melchor
tocó sus dos palos correspondientes. Aunque nos tiene muy
acostumbrados a verle acompañando a grandes cantaores, como
concertista Enrique también va sobrao.
El cantaor Ingueta, que habitualmente acompaña a Tomatito
en sus giras, actuó por José
Mercé, pues no figuraba en el elenco anunciado. El sobrino
de Miguel el Rubio canto por bulerías y por fandangos.
La parte moderna de la noche la puso el grupo de flamenco-pop la
Barbería del
Sur, que optó por su repertorio más flamenquito.
A punto de sacar nuevo disco interpretaron una nana que Manuel Molina
hizo a su hija Alba y que es una bonita canción, que en el
Negri queda muy dulce con su melódica voz. También
cantaron un tema de Lorca con música de Morente, «La
leyenda del tiempo» que el cantaor también interpreta
y al que la Barbería le da sus aires propios.
El cantaor Guadiana también está a punto de sacar
nuevo trabajo discográfico, ha cantado mucho para bailar,
pero cada vez despunta más como solista. Su cante es muy
flamenco y ejecutó una soleá muy romántica
y unos tangos.
De Pepe Habichuela
se destacó lo buena compenetración que tenía
con Rafael Riqueni y aportó ese toque tan flamenco que posee,
con esos aires nuevos, siempre pegado a las raíces de este
arte.
Para finalizar la primera parte salió al escenario
Enrique Morente, con el que más ha trabajado el homenajeado
en los últimos tiempos cuando ya tenía algunos problemas.
El granadino tuvo una mención especial para la madre de Riqueni,
que ha sido la principal promotora de esta gala, al pedir ayuda
para su hijo. Empezó con un taranto y fandangos en su peculiar
estilo. Por ultimo interpretó uno de los temas de su disco
a Lorca, «El lenguaje de las flores», que es bellísimo
y que en este evento tenia mucho significado.
La
segunda parte estuvo dedicada especialmente al baile, el de Manolete
y Blanca del Rey, aunque entre las actuaciones de ambos cantó
Ramón el Portugués que destacó el don con el
que había sido dotado Riqueni y que no podía desperdiciarse.
Empezó cantando una malagueña muy personal posteriormente
se arrancó por tangos, terminando con un par de fandanguillos.
Siempre es gratificante poder contemplar a dos clásicos
del baile flamenco Manolete y Blanca del Rey. Manolete fue el primero
en salir. Deseó la vuelta a los escenarios del artista sevillano
y bailó unas alegrías con ese rigor y diversidad de
recursos que le caracterizan. Es un maestro en esto, al igual que
Blanca del Rey que fue la que cerró este espectáculo.
La bailaora nos dotó con su peculiar forma de mover el mantón
y esa elegancia con la que mueve todo su cuerpo. Blanca resaltó
que todos los presentes antes que artistas eran ante todo personas.
Nada mejor para rendir homenaje a este gran guitarrista, que este
gran elenco de flamencos que además de su cante su baile
o su guitarra, pusieron ante todo su corazón.