Homenaje
a
Chano Lobato en Madrid
Asociación Cultural Club de Música y Jazz San
Juan Evangelista, Madrid
VUELTA AL COLE
Texto: Ruben Gutierrez
Fotos: Rafael Manjavacas
Este pasado fin de semana ha tenido lugar el comienzo
del curso musical del Colegio Mayor Universitario San Juan
Evangelista de Madrid. De la mano de la Obra Social de Unicaja,
el “Johnny”, como popularmente se le conoce, cumple
cuarenta años ofreciendo a la comunidad universitaria
madrileña, no sólo un complemento a la formación
académica, sino que también ha formado a muchas
generaciones en unas músicas, las cuales por desgracia,
no gozan del apego popular.
De este modo, y tras la fundación de la Asociación
Cultural Club de Música y Jazz San Juan Evangelista,
muchos y grandes artistas han pisado las tablas de su coqueto
y acogedor salón de actos, ya fueran músicos
de jazz y world music, cantautores, y como no, artistas flamencos.
Para esta ocasión se ha contado con la presencia del
insigne tocaor almeriense Tomatito,
el cual ya compartiera este escenario con el admirado Camarón
de la Isla, en el último recital que diera este
gran cantaor en su vida. Se presentaba con una formación
un poco más recudida de lo habitual y estaba secundado
por Bernardo Parrilla al violín, Lucky Losada a las
percusiones, y el polifacético Diego
Amador, ya fuera cantando, o tocando el bajo, interpretando
tangos, rumbas y cerrando por bulerías.
Tomatito
Ese acierto que le confiere la
veteranía de una formación que se conocen como
primos hermanos
Un recital intenso, donde hizo repaso a parte de los temas
de sus últimos éxitos discográficos “Paseo
de los Castaños” y “Aguadulce”, no
obstante comenzó por alegrías, dejando su taranta
“Macael” para el segundo lugar. No fue hasta la
finalización de la siguiente bulería cuando
se incorporó el resto del grupo, que armónicamente
acompañaron la bajañí con ese acierto
que le confiere la veteranía de una formación
que se conocen como primos hermanos. Una buena ración
de flamenco con Tomate, el cual siempre agrada al público
donde quiera que vaya.
En la noche del viernes 27 de octubre quedaba inaugurado
el curso escolar nada más y nada menos que por un Doctor
Honoris Causa por la Universidad de Almería, mejor
apertura imposible para el ciclo que lleva por nombre “5º
Festival de Guitarra Flamenca en concierto”, que a lo
largo de este curso se podrá disfrutar en el Johnny
y que programará a nuestras mejores sonantas del momento
como Gerardo Núñez y Manolo Sanlúcar
entre otros.
Con la resaca de la fiesta de apertura, nos dirigimos nuevamente
la noche del sábado 28 de octubre a la cita que teníamos
con la provincia de Cádiz. El cartel anunciaba dos
actos entrañables, un homenaje universitario a ese
profesor emérito del cante que es Chano
Lobato, y un emotivo recuerdo a la figura de Enrique el
Mellizo en el centenario de su muerte, disertación
que correría a cargo del ilustre flamencólogo,
Don Manuel Ríos Ruiz. Por desgracia los años
no pasan en balde, y el mundo del flamenco no iba a ser ajeno
a este hecho. No pudimos contar con la presencia de ninguno
de los dos, como saben, el del Barrio Santa María sufrió
un colapso hace unos días, justamente cuando iba a
cantarle a su majestad la Reina Sofía, y desde entonces
se halla ingresado en un Centro Sanitario de la Tacita de
Plata. Deseamos su pronta recuperación, y es que a
sus casi ochenta años, seguimos disfrutando en su recitales.
Por su parte, el jerezano Ríos Ruiz igualmente debía
guardar reposo absoluto por prescripción médica.
Desconocemos como no hemos podido
disfrutar de este cantaor en estos escenarios con anterioridad
Antonio Reyes & Antonio Jero
Lo que vaticinábamos como un mal presagio dio pie
a una gran noche de cante flamenco bajo el lema de “Cádiz
salada claridad”, que nos trajo el saber hacer flamenco
de tres cantaores de dicha provincia. Le tocó comenzar
a Antonio Reyes, pudiendo considerar esta actuación
como su debut en un festival de la capital del reino, pues
hasta la fecha el chiclanero solo había apuntado sus
cantes en peñas y otras reuniones cabales. Desconocemos
como no hemos podido disfrutar de este cantaor en estos escenarios
con anterioridad, y es que sus dos Premios Nacionales de Córdoba
por soleá-bulerías, y el de tonás-seguiriyas
no fueron gratuitos, responden a unos de los mejores metales
de raza gitana con los que cuenta en la actualidad este arte.
Muy bien secundado en la guitarra por el jerezano Manuel Jero,
el joven Reyes dio un señor recital de Cante Gitano
bien fuera por soleá, tientos, seguiriyas y bulerías,
recorriendo en cada cante una extensa geografía flamenca,
para rematar la actuación cantando de pie fandangos
caracoleros.
Seguiría la velada con Carmen
de la Jara, esa incansable gaditana a la hora de recuperar
antiguos cantes y letras de su Cádiz natal. Gracias
a ella y a la Cátedra de Flamencología de Cádiz
pudimos disfrutar hace unos meses de un excelso homenaje a
la figura de Enrique el Mellizo en el Gran Teatro Falla. Acompañada
por dos palmeras y de Pascual de Lorca, que igualmente estuvo
muy acertado con la sonanta, Carmen cantó como no podía
ser de otra forma, por Cádiz, con esa sal sonora que
se imprime a las soleares y bulerías de esa tierra,
la gracia de sus tangos y tanguillos, y las juguetonas alegrías
que se balancean como olas que van a morir a la Caleta.
Carmen de la Jara & Pascual de Lorca
No echábamos en falta ningún tipo de receso,
el público estaba a gusto disfrutando de la velada
y llegaría un buen postre tras los dos primeros platos.
De San Roque nos llegó Canela,
no estaba en rama, sino de cuerpo presente para deleitarnos
con otra buena dosis de cante gitano de rancio abolengo. Soleares,
Seguiriyas, Bulería por Soleá, Fandangos y Bulerías,
en las que no faltó el recuerdo a los viejos maestros
de Alcalá, Jerez, Cádiz y los Puertos, donde
igualmente Manuel Jero lució un magnífico toque
de acompañamiento cultivado en la escuela jerezana,
siendo muy aplaudida en especial las falsetas del padre de
dicha escuela, Javier Molina.
Y la guinda se la pusieron todos los artistas sobre el escenario,
homenajeando en esta ocasión a los presentes, con un
fin de fiesta por bulerías con sus pataítas
incluidas, típico de esos barrios gaditanos bañados
por el océano por donde Enrique el Mellizo componía
su poesía flamenca.