Noche de disfrute que comenzó con una extraordinaria actuación de Antonio Carbonell. Hizo, con enjundia y tocado por los duendes, soleá, seguiriya corrida y fandangos, con el Gloria de por medio, dedicados a su padre y que casi arrancan las lágrimas del cantaor y las del maestro Montoyita, también de la familia, que acompañó con su guitarra mágica el buen cante de Carbonell. Para el cuarto tema invitó a Estrella Morente, que ya se apoderó del escenario y encandiló al público con sus canciones aflamencadas y su dominio escénico. Todos los del grupo, como si estuvieran en su patio de Granada, remataron por bulerías –y Estrella con su “madrina”- en un fin de fiesta que nos dejó a todos con la sonrisa en el cuerpo. Tras el descanso, pudimos disfrutar de un extraordinario concierto del joven Daniel Casares. Tocó pensando en su padre, fallecido dos días antes, y su música parecía casi celestial. Taranta, guajira, tangos, bulerías y rumba fueron el soporte para lucirse y demostrar que la guitarra flamenca no tiene todavía señalados los linderos. Sorprende que, siendo tan joven, tenga ya tanta sabiduría: en la ejecución, en la composición y en el saber estar, que ya es decir. Magistralmente acompañado por un grupo de músicos fetén, desgrana Casares sus propias composiciones con serenidad y valentía. De remanso a torrentera. De la caricia al pellizco. De la mina a la estrella. Nos hará disfrutar mucho este guitarrista malagueño. Y el baile de José Maya como colofón de la noche y como cierre de este festival que en su novena edición ha resultado como en sus ocho ediciones anteriores: pa gozar. Es el baile de José Maya (por Joselito Romero le conocíamos antes) un baile ortodoxo y de pocas novedades. Y esto es halago más que menosprecio, en una época en que cualquier bailaor de tres al cuarto sólo aspira a inventar puñetazos nuevos y acrobacias de chimpancé para ver si triunfa. José Maya baila con sentimiento y armonía, usando de sus pies, sus manos, su cintura y todo su cuerpo menudo con tiento y, a la vez, con arrebato. Fandango y soleá, que prolonga en bulerías, son los estilos que elige para mostrarnos su savia bailaora. Noche de triunfo para todos y alegría doble con España en la final. Que Dios reparta suerte. clic for enlarge photo.
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