Baile: Guadalupe Torres. «Los colores de Magdalena» – Cante: Roberto Lorente. Guitarra: Francisco Vinuesa. Percusión: Javier Rabadán. Sala Compañía 19.00h 13 mayo 2021. Festival de Jerez
Guadalupe Torres (Madrid, 1983) destaca en todos los abismos a los que se asoma. Y si hubiera alguno que aglutinara a los demás podría ser su meticulosidad en todo cuanto muestra. Y es que esta titulada en danza Española y Flamenco por el Real Conservatorio Profesional de Danza de Madrid convenció una vez más en el Festival de Jerez con una propuesta onírica, preciosista y cuidada al máximo.
El espectáculo nace a partir de fragmentos de un libro-diario de una artista conocidísima por su pintura y sus reflexiones, pero la bailaora ha querido dejar de lado los aspectos que más ha rentabilizado el merchandising para centrarse en las rendijas de una Frida Kahlo con un universo alejado de lo más señalado. En esas páginas reinan el dibujo, los trazos incontrolables, las palabras sueltas y los colores. Y, de esas ilustraciones, nace el audiovisual que acompaña al montaje, acompasado con el hacer de Torres y su equipo en todo momento. Un milimetrado ajuste de los elementos que los sentidos agradecieron, del mismo modo que sólo hay palabras de gratitud para las interpretaciones de Roberto Lorente, Javier Rabadán y Francisco Vinuesa, que comprenden la intención de la bailaora y se entregan a ella y con ella sin un despiste.
Pero si hay un embrión en esta idea fue la paleta de colores que surge del mentado diario, pero, sobre todo, cómo la madrileña ha transmutado cada uno de esos tonos a un palo específico del lenguaje flamenco. Así, si el negro fue la petenera (aunque decía Kahlo que el negro realmente no existía, ¿acaso como tampoco el mal bajío que se le atribuye a este cante?), el azul la bulería, el color café-tierra la serrana, el amarillo la mariana y la espléndida caña, el color buganvilla. En ese trueque de colores y palos prevalece el baile de una Guadalupe que sabe templarse (tan importante en esta obra con una alta carga emocional) y controlar los matices de sus movimientos, convincentes y muy contundentes, así sean menudos o de largo alcance: cuando se medio acuclilla, por ejemplo, se para el tiempo. Me creo todo lo que hace.
Los colores de Magdalena supone el cuarto espectáculo de Guadalupe en solitario (después de su paso por compañías como la de Marco Flores, Manuel Liñán o María Pagés) y es una apuesta hipnótica que consigue calmar nuestras propias revoluciones y el calor sofocante de estos días en Jerez. Que este hechizo conjure los malos augurios y nos llene de flores y de colores.
Preguntamos a cada artista cuál ha sido su momento más especial de los primeros 25 años del Festival de Jerez. Para Guadalupe Torres, que menciona varios, destaca la presentación de su espectáculo Acuérdate cuando entonces durante el Festival de Jerez de 2017: “venía cantando Juañares y vinieron a vernos Tía Juana la del Pipa y Tía Curra, la madre de Juañares. Estaban sentadas en primera fila, imagínate, la admiración que les tengo a las dos… y entonces al final del espectáculo, saludamos y demás y claro, en el fin de fiesta miré a Juañares y, para que su madre no tuviera que subir al escenario por el tema edad y demás, comenzó a cantarle su hijo desde el escenario y ella bailándole desde el patio de butacas. Fue un momentazo muy bonito y muy particular”.