Gala inaugural Bienal de Flamenco de Sevilla. Enrique Morente. Granada, Sevilla, Nueva York

Inauguración Bienal de Flamenco

Inauguración Bienal de Flamenco

Texto: Estela Zatania
Fotos: Bienal de Sevilla

Teatro de la Maestranza – 12 septiembre 2014
Inauguración de la XVIII Bienal de Flamenco de Sevilla
Viernes, 12 de septiembre, 2014. 2030h. Teatro de la Maestranza

Especial XVIII Bienal de Flamenco de Sevilla – Toda la información –

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LA BIENAL DE SEVILLA DA COMIENZO CON UNA VISITA AL PLANETA MORENTE

Cante: Carmen Linares, El Pele, Juan José Amador, Estrella Morente, Arcángel, Soleá Morente, José Enrique Morente, Silvia Pérez Cruz y Tomás de Perrate.  Baile: Javier Latorre, Israel Galván. Guitarra: Alfredo Lagos, Dani de Morón, Raúl Fernández Refree, Rubén Campos. Guitarra eléctrica: El Pájaro. Percusión: Miguel Rodríguez Fernández. Piano: Pablo Suárez (en La Leyenda del Tiempo). Con Proyecto Lorca: Juan M. Jiménez (saxofones), Antonio Moreno (percusión), Daniel B. Marente (piano y sintetizador), Marcoc Serrato (contrabajo y bajo eléctrico).  Guión y dirección: Pedro G. Romero, José Luis Ortiz Nuevo, José Manuel Gamboa.

Y queda inaugurada la décimo octava edición de la ya venerable Bienal de Flamenco de Sevilla.  Con aire de mucha expectación, y el espacioso Teatro de la Maestranza lleno hasta la bandera de admiradores del granadino flamenco más universal, aquel que nos dejó prematuramente hace cuatro años, se ofreció un dilatado homenaje a la memoria de Enrique Morente y su obra.  Y la palabra «dilatada» es clave.  Un espectáculo largo, lento y repetitivo, sólo fue perdonado por el público indulgente, ansioso de vivir el comienzo de este mega evento celebrado cada dos años en la capital hispalense, y cómo no, ensalzar al cantaor homenajeado.

Tonos largamente aguantados sin vibrato, el réverb que no da tregua, un inquietante aire de misterio, dulzura, muchísima dulzura, armonía exótica, voces que susurran canción estilizada vestida de cante, música vanguardista…  Estamos en Planeta Morente, una zona inconfundible fundada por el patriarca desaparecido, y cariñosamente conservada por sus tres hijos, Estrella, Soleá y Enrique hijo, además de figuras destacadas como Arcángel o el Pele, cada uno a su manera, claro está.  Una puesta en escena plana y sencilla que permaneció inalterable a lo largo del espectáculo, sólo fue aliviada por el breve mano a mano por fandangos naturales entre ambos cantaores.

Pero destaquemos los puntos más positivos.  En primer lugar, el grandísimo lujo de disfrutar del auténtico genio del bailaor Israel Galván, no con aquella libertad absoluta que él suele reivindicar, sino sujeto a las formas del flamenco, permitiendo que el aficionado de gustos clásicos pudiera comprender por qué los especialistas ponemos a este hombre en el altar de los más grandes del género.  Se ha sentido como momento histórico cuando Estrella le canta por siguiriya. 

Curiosidades: el guitarrista que silbó sus melodías, tal banda sonora de Ennio Morricone, con referencias semanasanteras, o la cantante Silvia Pérez Cruz que ofreció un largo recopilatorio morentiano que habrá durado unos veinte minutos, aunque no lo he cronometrado.

Aunque el Pele no tuvo su mejor noche – casi dio idea de que no quería lucirse por encima de la figura central del homenaje – es un artista que siempre sorprende.  Con su sombrero chafado, el eterno bohemio volvió a darnos su versión del flamenco como un arte imprevisible que abarca toda la espontaneidad de la que es capaz un artista con conocimientos.  

Enrique hijo, vale, es una copia casi exacta de su padre, pero su juventud e intensidad que parece sincera, aporta un brillo añadido al repertorio del padre.

Una brevísima intervención del «chico» travieso José Luis Ortíz Nuevo, encendió chispas de emoción con cuatro palabras, y provocó el aplauso más espontaneo y sentido de la noche.

Otros que intervinieron para dar fe de su admiración por el granadino fueron Javier Latorre, Arcángel, Tomás de Perrate, Carmen Linares o Juan José Amador.  Notables las guitarras de Alfredo Lagos y Dani de Morón.

Después de casi cuatro horas , el final del espectaculón, fue una formación en círculo del numeroso reparto con foco cenital – una composición empleada a menudo por Enrique Morente – para rendirle homenaje a éste,  y culminar de forma dramática esta larga presentación que nos abre la puerta y el apetito para ver qué más nos va a traer esta nueva edición de la Bienal de Flamenco de Sevilla.


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