Pepe Habichuela y Josemi Carmona.
?La Macanita? y María Ángeles.
María Juncal.
FLAMENCO PA TóS 9
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Abrió la familia Habichuela. Si el día anterior Juan Carmona se había puesto el mono de trabajo para secundar a “Pitingo”, el martes fue el turno de “Pepe Habichuela”, su hijo Josemi y el grupo, gitano, que comparten. Primero Josemi Carmona por tangos-rumba y luego con un tema de su laureado “Sumando”. Propuestas basadas en ciclos armónicos constantes sobre los que Josemi degusta buenas improvisaciones. Contundentes, demasiado, las percusiones de “Bandolero” y el cante de “Piculabe”. Pero en esas que llegó el jefe, “Pepe Habichuela”. Maestro del toque gitano en el más amplio sentido de la palabra. En la soleá, la siguiriya y la taranta. Con algunas falsetas de sus discos con Morente, son su guitarra añeja, la del clavijero de madera, peleando constantemente con la mano derecha porque sus falsetas, además de facultades, necesitan el sonido que da la garra. Pepe sigue siendo único, los años pasan y como si nada. Los fandangos y la “Yerbagüena” del final, todos juntos, gloria bendita. Porque, bien llevada, con la más absoluta sencillez melódica se consigue la cosa esa que llaman…como es…esencia. A Mari Ángeles la notamos algo temerosa, agarrotada. Su tremenda juventud y la categoría del compromiso, sobre todo en la soledad del escenario, fueron obstáculos con los que peleó con desigual suerte en toda su actuación. Acabó la almeriense yendo a más y creciéndose en su final de bulerías. Con la Macanita vimos ecos jerezanos de alguna que yo me sé. Tres cantes, como su antecesora. Malagueña, soleá y bulerías. Mucho Jerez con su cuadro, sobre todo con el aire de Manuel Parrilla en la sonanta. La “Macana” tiene poder y lo demostró. Subió mucho el nivel del recital. El baile cerró la jornada, como siempre, esta vez de la mano y los pies de María Juncal. Más hierba para el cuerpo. Esta es dura, de pelar, correosa. María salió enfibrada y la farruca fue absoluta de todo, principalmente en metraje y equilibrio en las tensiones. No se movió nadie mientras su cuadro se explayaba por cantiñas, sobre todo con el cante de David Maldonado. Su hermano Carlos había destacado en el acople con la Juncal. Regresó María y se recreó en la soleá. Apoteosis. Esta bailaora sabe proyectar lo que le pasa por la cabeza mientras baila. Ecuador de un festival que, de momento, dice “avanti”. click para ampliar.
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