Flamenco Eñe, Quítate tú pa ponerme yo
DAVID LAGOS, UNA TRINCHERA FRENTE A LAS CUNETAS (segunda parte Flamenco Eñe)
La fundación SGAE organiza el flamenco eñe para apoyar a los artistas que quieren mostrar sus trabajos en el extranjero. Este año a la selección “oficial” se le ha añadido una escena alternativa. La primera en la sala Berlanga de Madrid y la segunda en la sala Morocco.
Anabel Valencia hizo un cante por malagueñas diferente a la del Mellizo, desconozco si fue porque introdujo otra modalidad o porque ella lo ha transformado. También puede ser que el cante de mujer cambia el punto de vista y ahí uno tiene la impresión de que por ese lado salimos ganando en creatividad y en novedades. Anabel viene de una familia con portentosas cualidades vocales y en su recta final estuvo jugando a mediar la potencia de su voz alejándose del micrófono hasta que se arrancó por el “cuplé” que cantó Antonio Machín en clave de bolero -“un compromiso”- que la cantaora se llevó a la parte rítmica de la vida sin necesidad ni de micro ni de revert, ni ná de ná. Como Bambino: guitarra y palmas. Es curioso como se adaptan las canciones que llegaron desde América en esas tierras que se jactan de ser la “zona cero” del flamenco, ya saben Lebrija y Utrera.
Niño Josele estuvo a punto de cambiarse el nombre artístico para sacarse el niño de encima con su magnífico nuevo disco “Galaxias”. Al final decidió quedarse el apodo, ahora quizás echamos de menos que juegue a ser un niño, que disfrute con una técnica maravillosa que le permite vivir en varios mundos a la vez: el flamenco, el jazz y la música afrocubana que conforman una carrera impresionante. Deslumbra incluso en una tarde poca inspirada.
Cambio a la sala Morocco para ver la escena alternativa, el off que durante muchos años ha sido silenciado. Aparece Christian de Moret que se presentó con su guitarra eléctrica y sus cachibaches electrónicos y un repertorio en el que aparece el fandango mezclado con blues y remata con Camarón.
Yeli Yeli es el proyecto del cantaor Álvaro Romero con el productor portugués Pedro Dalinha. En la presentación en la bienal de Sevilla su conexión con el Kuduro angoleño estuvo acompañado de un baile casi-reguetón, a falta de bailadores con el culo-duro nos dieron con letras tradicionales y un plus de Camarón.
No vi los conciertos de José Anillo y Joni Jiménez porque a la misma hora se presentaba el libro de GladysPalmera.com “Música con nombre propio” en el que participo con el artículo titulado: “Somos de Macondo. El flamenco es del que lo baila, lo canta, lo toca, lo siente y lo cuenta”. De vuelta al off del Morocco se presentan LaboratoriA una formación que desarrolla su repertorio casi como una chirigota. Comienzan con la de “perdí mi centro” y luego siguen con las declaraciones de Camarón a Fernando Quiñones en 1979 a propósito de “la leyenda del tiempo” y del mono con el que aparece en la entrevista. Después de aquella herejía no ha habido un programa estable de flamenco en TVE. El caso es que las componentes de LaboratoriA aparecen con sus cuerpos enfundados en monos azules (tonalidad fashion) y un cierto aire de clase obrera (pero con clase) dispuestas a reírse un rato de la trascendencia en el flamenco. Así que repasan los estribillos de las Grecas, los Chichos, los Chunguitos y Peret pa jartarse de reír. Es decir: te estoy amando locamenti, librelibre, dame veneno y no estaba muerto que estaba tomando cañas. También pasan por Camarón, claro. El espectáculo es ideal como introducción al flamenco, la rumba o el cine quinqui. A elegir.
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