Texto: Estela Zatania
Fotos: Ana Palma
Resumen: FLAMENCO BIENNALE III Homenaje a Terremoto de Jerez. Torta, Poveda, Diego Carrasco, Jesús Mendez,…
FLAMENCO BIENNALE III |
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Cante: El Torta, Jesús Méndez. Guitarra: Diego del Morao, Manuel Parrilla, Curro Carrasco. Percusión y palmas: Ané Carrasco, Luis Carrasco, Carlos Grilo, Luis Peña ’Cantarote’. Baile por fiesta: Luisa ’Terremoto’, Tía Curra. Artistas invitados: Miguel Poveda, Diego Carrasco, Joaquín Grilo. El jueves, 27 de enero, con el termómetro pegado al muro exterior del hotel luchando valiente pero inútilmente para rebasar los cero grados a pesar del día soleado, gran parte de la comunidad flamenca de Jerez siguió calentando el gélido ambiente. Pero este fue un día especialísimo. Habíamos venido todos, tanto artistas como público, para honrar y recordar a Fernando Terremoto que tuvo que abandonar el planeta precipitadamente hace menos de un año con sólo cuarenta años. Poco después, durante el Festival de Jerez donde tenía que haber cantado, la organización de la Flamenco Biennale holandesa empezó a confeccionar el homenaje que anoche fue presentado en Ámsterdam en todo su esplendor.
Fernando Fernández Pantoja, hijo del Terremoto de Jerez, nació dentro del hermético mundillo flamenco jerezano, dedicándose a la guitarra. Solía decir que si su padre no se hubiera muerto, hubiera sido su guitarra. Fue casi inevitable que el hijo se convirtiera en cantaor. Tenía todas las cualidades. Aparte de conocimientos, una voz prodigiosa, un eco flamenquísimo y un decir que recordaba mucho al padre. Fernando también fue producto de su generación, se interesaba por otras músicas, y componía e interpretaba canciones a la vez que conservaba un repertorio impecable de cante clásico. Pero a estas alturas, lo que más recordamos muchos, es su gran humanidad, la sonrisa abierta y la bellísima persona que fue. Con aforo completo en el amplio auditorio teatro en pleno centro de la capital holandesa, Faustino Núñez habló del flamenco jerezano para presentar y ambientar el homenaje. A continuación, fue proyectada una serie de diapositivas con escenas de la vida de Fernando Terremoto, mientras sonaba la voz de éste por siguiriyas, el palo que más le identificaba. Miguel Poveda, Jesús Méndez y el Torta realizaron una ronda de tonás en la que éste último encontró el hilo de su propia genialidad. Jesús Méndez por serranas y fandangos con el “ali alianda“ marca de la casa de los Méndez, y el Torta vuelve a demostrar lo bien que puede casar la luz de unas alegrías de Cádiz con la densa oscuridad que habita en el cante de Jerez.
El baile por bulería de Joaquín Grilo es una nueva arruga en el tejido del baile flamenco destinada a crear escuela. Es un baile sin cante, coreografiado específicamente para una composición de guitarra de Moraíto que en esta ocasión fue tocada por el hijo de éste. Una perfecta joya de flamencura, un banquete de compás y buen humor a base de taconeo, inteligencia y mucha personalidad. Después de un descanso, otro hombre con sello, marca y fábrica completa, irrepetible e inimitable por mucho que lo imiten: Diego Carrasco. Después de un par de canciones de su repertorio habitual, vuelve a rompernos el corazón colectivo, como hizo la semana pasada en Francia, pero esta vez con la ayuda de Miguel Poveda. “Se te fue la vida, el demonio ganó la partida, y no pude hacer nada para que te quedaras“, palabras que duelen bien y nos ayudan a llevar la pérdida de tan excelente artista y persona como fue el objeto de este homenaje. Alegrías cantiñas de Poveda con el baile de Grilo, y entonces, vuelve Diego Carrasco para dividir el tiempo en porciones cada vez más diminutas y plasmar la química que comparte con Poveda mediante “Alfileres de colores“. El clásico fin de fiesta fue amenizada por el simbólico baile de la Tía Curra, y la emotiva intervención de Luisa Terremoto, hermana de Fernando, que bailó con las lágrimas acumulándose y la cara desencajada, un elocuente poema de dolor pasado por flamenco que no dejó indiferente a nadie.
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