Resumen: FLAMENCO BIENNALE 2008 Niño Josele Quintet meets Cherifa Kersit Ensemble (Morocco) – Juan Gómez «Chicuelo» Quartet'
FLAMENCO BIENNALE 2008 |
Texto: Estela Zatania Maghreb Flamenco Juan Gómez ‘Chicuelo’ Quartet El sábado, la bienal de flamenco holandesa estaba repleta de actividades en las tres ciudades que están recibiendo el programa de actuaciones, conferencias y cursos. La jornada en Ámsterdam comenzó con el espectáculo infantil “El Flamenco en Cuatro Estaciones” de la compañía de Silvia Marín, y por la tarde, el guitarrista Niño Josele protagonizó lo que venía anunciado como “un encuentro musical entre dos culturas”. Uno de los objetivos principales del festival es el de mostrar las diversas raíces y músicas que han influido en el desarrollo del flamenco como lo conocemos actualmente.
“Quién tiene moro tiene oro” dice un viejo refrán que se originó hace siglos cuando gitanos, judíos y africanos trabajaron y convivieron en los campos de Andalucía. En la campiña, estas personas marginadas no necesitaban papeles, y cobraban poco, de ahí la referencia. Entonces, la mezcla musical ha sido inevitable, y de hecho, la característica que más identifica la estética del flamenco, es su orientalismo filtrado por una sensibilidad y tradición europeas. Sin reparar demasiado en el academismo ni la flamencología, la dirección del festival ha colocado al almeriense guitarrista Juan José Heredia, conocido por la afición como “Niño Josele”, en el mismo recital con la cantante bereber Cherifa Kersit de las Montañas Atlas de Marruecos. El recital fue dividido en tres partes: guitarra y cante con el grupo del Niño Josele – taranta, alegrías, bulerías – música tradicional del grupo marroquí, y el intento de unir ambos en una música más o menos coherente y escuchable. Falta de rigor aparte, lo mejor del recital ha sido la guitarra de Josele, y la voz de la cantante magrebí que rabanó el aire en porciones diminutas que te clavaban con brutal precisión. Los dos grupos gustaron a rabiar, y se me ocurre que para los holandeses, el flamenco es tan exótico como la música interpretada por los marroquíes. Quizás lo que más tienen en común estos géneros es el paralelismo de algunas escalas, y la tendencia a cierto estado de frenesí en los largos finales. También quedó patente el contraste de la folklórica música bereber “a cuerda pelá”, con la oferta sofisticada y estilizada del flamenco, y su mayor complejidad de compás frente a la música árabe. Inmediatamente después, tres plantas más arriba, en el café cantante, otro guitarrista, Juan Gómez “Chicuelo”. De la misma generación del Niño Josele, la que fue tocada por el genio y la apertura de Paco de Lucía, el catalán Chicuelo tiene un planteamiento más tradicional, menos jazzístico que Josele, y una pulsación muy flamenca. Tocó una taranta en solitario (hoy en día los “solos” de guitarra pueden ser en solitario o acompañado, curioso), alegrías, tangos y bulerías con el cante de Joaquín Gómez “El Duende”, la viola de Elizabeth Gex y percusionista.
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