Texto: Estela Zatania
Fotos: Pat Berret (del espectáculo) y Guillermo Salazar
Manuela Carrasco, Cano, Concha Jareño, Manuel Liñán..
ESPECIAL ALBUQUERQUE ERRE QUE ERRE (con o sin la primera erre) No es un acertijo, sino una frase que resume escuetamente el festival de Alburquerque (con dos erres) 2010 que acaba de celebrarse en la ciudad de Albuquerque (con una erre) de Nuevo México. Pero vamos por partes…. Con los tiempos que corren, el flamenco está pasando por las estrecheces que castigan más duramente al sector cultural en estos casos, y algunos festivales importantes han recortado presupuesto dramáticamente o incluso sido suspendidos por tiempo indefinido. Pero Eva Encinias Sandoval, fundadora en 1982 del National Institute of Flamenco que organiza el Festival Flamenco Internacional de Alburquerque, no se rinde tan fácilmente. El año pasado, cuando el evento que creó hace veintitrés años, uno de los más importantes de su clase fuera de España, no pudo celebrarse debido a cuestiones económicas, ella luchó incansablemente, (erre que erre), para que no desapareciera definitivamente, y como exclamó en la presentación de una de las galas: “¡ya estamos de vuelta!” La energética señora, que además fundó el único programa universitario acreditado para baile flamenco en Estados Unidos, y regenta una concurrida academia de baile, es matriarca de una auténtica saga de artistas con antecedentes e hijos que participan artísticamente en el festival y toman parte en su organización.
Celebrado en las instalaciones de la Universidad de New México y el National Hispanic Cultural Center, el festival abarca actuaciones de las máximas figuras españolas –en una pared de la academia se pueden leer las firmas de los artistas flamencos más relevantes de las dos últimas décadas– un programa de más de 30 talleres y cursos de baile, guitarra, cante y percusión y un dilatado programa académico que este año ha incluido una serie de conferencias titulada “New Perspectives in Flamenco” (Nuevas perspectivas en el flamenco). José María Velázquez-Gaztelu encabezó el cartel de ponentes que fue completado por Sir Brook Zern, William Washabaugh, Estela Zatania, Ninotchka Bennahum, Gretchen Williams, Joaquín Encinias y la misma Eva Encinias. Velázquez-Gaztelu, tan conocido por su brillante serie Rito y Geografía del Cante, ofreció la conferencia “El Flamenco, música de la vida”, un recorrido por diversos estilos de cante y sus versos, con la impagable colaboración del cantaor Luis Moneo y el guitarrista Juan Antonio Suárez “Cano”.
Según la organización, alrededor de la mitad de los que acuden al festival llegan desde fuera de Nuevo México, incluido del extranjero, y seguramente el cartel de actuaciones, aunque algo reducido para esta edición, tiene mucho que ver. La gran figura de este año ha sido la bailaora veterana Manuela Carrasco. Con su magnífico grupo, que incluye a los bailaores Torombo y Rafael del Carmen, los cantaores Enrique el Extremeño, Tañé y Samara Amador y las guitarras de Joaquín Amador y Paco Iglesias, Manuela embelesó al público que llenó el amplio Journal Theatre del National Hispanic Cultural Center. Hace tiempo que el granadino bailaor Manuel Liñán goza de la admiración de los aficionados de Albuquerque, y este año, con un grupo compuesto por Ana Romero y la Tacha al baile, Luis Mariano y Arcadio Marín a la guitarra y Emilio Florido e Inmaculada Rivero al cante, puso en pie a un público agradecido y diverso. La noche de jueves, después de la actuación de Liñán, y dentro del marco del festival, se celebró el VII Concurso Nacional de Flamenco en el Rodey Theater. Andrés Peña y Pilar Ogalla llegaron a Albuquerque por primera vez como pareja de baile, y la acogida del público, tanto en las clases como las actuaciones, fue extremadamente calurosa. Su espectáculo “A Fuego Lento”, gozó de la colaboración de los guitarristas Luis Mariano y Keko Baldomero y el cante de Luis Moneo. Otra gran noche tuvo lugar con el recital del guitarrista Juan Antonio Suárez “Cano”, con la colaboración de la bailaora y bailarina madrileña Concha Jareño. “Seis cuerdas para dos tacones” es el título de este trabajo basado en un flamenco contemporáneo experimental que fue muy bien recibido y aplaudido por el respetable en el National Hispanic Cultural Center.
Como otros grandes festivales en lugares relativamente pequeños, el de Albuquerque cultiva un sano ambiente de convivencia y comunicación entre artistas, alumnos y público. Si la noche de sábado por ejemplo, no hubo Tío Pepe ni langostinos, las Coronitas con comida mexicana cumplieron la misma misión, y el cante de Enrique Extremeño y Luis Moneo retumbó por el amplio patio al aire libre en una de las vías principales de la ciudad. La última jornada empezó con una mesa redonda de los conferenciantes principales sobre el tema “Flamenco en la encrucijada, flamenco para el siglo XXI”, en la cual participaron el Torombo y Juan Antonio Suárez “Cano”, y por la noche la gala de clausura empezó con la actuación de la compañía Yjastros bajo la dirección de Joaquín Encinias, reuniendo a todos los artistas que habían actuado en días anteriores para la inolvidable despedida de este singular festival. |