Festival Flamenco de Nimes ? 20 ans .- Pastora Galván

Resumen: Festival Flamenco de Nimes ? 20 ans .- Pastora Galván

Festival Flamenco de Nimes – 20 ans
Pastora Galván
Jueves, 21 de enero, 2010.
Teatro de Nimes (Francia)

Baile: Pastora Galván. Guitar: Ramón Amador. Cante: David Lagos, José Valencia

Texto: Estela Zatania
Fotos:
© Jean-Louis Duzert

CASA DE VECINOS 2010

Hoy en día el apellido “Galván” representa la primera familia del baile flamenco no gitano.  Es un camino evolutivo alternativo y relativamente poco explorado.  Si el padre José resume el flamenco más clásico del siglo veinte, y el hijo Israel no deja de sorprender con sus atrevidos experimentos, Pastora Galván es el eslabón que une ambos extremos con absoluta credibilidad.

Igual que su padre y hermano, Pastora luce un alto nivel técnico que hace posible todo lo demás.  También posee una mente fecunda y una valiente personalidad artística.  El valor de abrir el espectáculo vestida de ama de casa trianera de los años sesenta, con calcetines hasta la rodilla, haciendo compás al cante de José Valencia.  Es un look que no puede quedar más lejos del glamur de una bata de cola con zapatos de tacón a juego, y el baile que ofrece es puro ”patio de vecinos”, el baile que no vino de París ni llegó a los escenarios siquiera.

La Galván renuncia al formato convencional de bailes “completos” uno tras otro.  Más que bailes, son afirmaciones o declaraciones, ráfagas de inspiración a veces poco estructuradas, con movimientos inconfundibles del baile tradicional destilados y abstraídos para hacerlos nuevos.  Pastora e Israel han sacado el baile flamenco del cabaret y lo han metido, irreversiblemente, en el teatro.

Con David Lagos al cante, aparece la Galván con zapatos de lentejuelas, cual Dorothy del Mago de Oz, para bailar lo que posiblemente sea la primera coreografía al cante de marianas.  Un poderoso solo de cante de José Valencia por solea refuerza el sabor de lo clásico, antes de continuar nuestro regreso al futuro.  Pastora hace compás con martillo sobre yunque para los martinetes de Lagos y Valencia.  Hoy en día, cuando algunos bailaores de primer nivel pasan del cante, da gusto ver a esta joven que lo convierte en el foco de su inspiración.  Baila una siguiriya con interludios de tonás y fandangos del Gloria, sin miramientos – todo alimenta el motor de su creatividad. 

Un verso de sevillanas a guitarra sin voz, bailado no como sevillanas, sino como baile por derecho, es una especie de hilo que hace de transición y será repetida de diferentes maneras a lo largo de la obra.  La excelente malagueña con abandolao de David Lagos, precede alegrías y cantiñas relativamente convencionales de Pastora con bata de cola roja y mantón, haciendo gala de la sutileza de la escuela sevillana matildera.

Otra pincelá de sevillanas y la levantica de Lagos preludian los tangos que interpreta Pastora a continuación, nuevamente invocando el baile de la gente mayor de Triana.  Y de pronto, el recital ha terminado y están saludando.  No es una transición cómoda, y se cortan los aplausos que corresponden a tan admirable trabajo.  De hecho, casi lo único criticable de la obra es la ocasional falta de coherencia, la escasa iluminación en algunos momentos y otras deficiencias puramente teatrales.

Mención especialísima para el veterano guitarrista Ramón Amador al que llevamos años viendo en diversos escenarios sin caer en la cuenta de su considerable capacidad.  Maneja y abriga este difícil espectáculo con soltura y buen gusto flamenco.

En lugar del típico fin de fiesta, se despachan breves pinceladas, como la de Pastora sentada de perfil cantando por bulerías al baile de los dos cantaores, luego sin música para el baile de sevillanas del tocaor, un poquito de alboreá…una despedida escalonada.  Y te das cuenta de que grandes cosas todavía han de salir de Pastora Galván, que esta obra imperfecta es todavía el comienzo del viaje.

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