Texto: Estela Zatania
Fotos: Ana Palma
Miércoles, 6 de marzo, 2013. Jerez de la Frontera
Especial XVII Festival de Jerez – Toda la información
PERCUSIÓN, DANZA Y CANTE UNIPERSONAL
COMPAÑÍA RAFAELA CARRASCO “CON LA MÚSICA EN OTRA PARTE”
Teatro Villamarta, 2100h
La bailarina bailaora sevillana Rafaela Carrasco anoche presentó su más reciente obra, “Con la música en otra parte”. No, no es error tipográfico, la transformación del lugar común del título refleja las intenciones de Rafaela. De hecho, gran parte del espectáculo se realiza a palo seco, pero no vayas a pensar que da un aire antiguo, porque también la voz humana se dosifica con extrema frugalidad. Lo que queda entonces son las posturas geométricas y las combinaciones percusivas de los pies, el zapateo virtuoso que es la manera que tiene esta artista de encontrar su identidad flamenca. Es una prioridad que se hace patente también en las coreografías colectivas de los cuatro bailaores.
En el libreto se habla de la relevancia del color, pero “Con la música en otra parte” es otra obra en la línea actual basada en negro y gris. El número que todos recordarán para los restos, fue una danza contemporánea totalmente a oscuras en la cual los intérpretes llevaban calzado autoiluminado de control individual. Un poco a lo “chorus line”, pero una diversión que rompió la austeridad del resto de la obra.
Original escenografía en la forma de una cortina de largos flecos donde se veían las sombras proyectadas de los artistas, o dejaba medio ver lo que había detras fue un detalle bien logrado. También notable, el saxo que pone el “cante” y música para bulerías, una interesante farruca, la brillante guitarra de Jesús Torres, la música de Camerata Flamenco Project, el número final que incluye un guiño para nosotros los críticos y el cante espléndido, si poco aprovechado, de Antonio Campos.
RICARDO FERNÁNDEZ
Ciclo: Los conciertos de palacio
Palacio Villavicencio, 1900h
El manchego Ricardo Fernández arrasó en la última edición del concurso de Las Minas, llevándose varios premios importantes, además de la codiciada Lámpara Minera, sin pedir el permiso de nadie. Pero no fue sólo su cante que llamó la atención del jurado de aquel certamen, sino también el hecho de que este hombre se acompaña él mismo a la guitarra, y lo hace de forma convincente.
Ha habido muchos cantaores que se acompañan, pero normalmente prefieren que otro ponga el acompañamiento musical para concentrarse en el cante, o se limitan a las formas lite. Ricardo Fernández es una rareza en el mundo del flamenco porque se acompaña por costumbre y preferencia propias.
Abrió su recital en el Palacio Villavicencio por soleá, e inmediatamente te sorprende la separación de funciones. Con un surtido de estilos de Alcalá, Utrera o Cádiz, su cante es matizado y fraseado con sensibilidad, y la guitarra pone un trasfondo inteligente a la vez que sabroso. La malagueña, petenera, fandangos y minera resultaron igualmente eficaces, las alegrías y bulerías sin palmas ni na', menos logradas pero admirables. Una breve introducción de guitarra para las tonás destacó la escala mayor de estos cantes.
Prologa cada cante con una breve explicación, bonito detalle. Su toque es en la línea más tradicional, con pulsación y rasgueos que suenan a décadas atrás. En una actuación convencional de cantaor y acompañante, la guitarra funciona como complemento. Ricardo Fernández convierte la guitarra en una extensión y reiteración de su cante.
Al menos no puede echar la culpa al “tocaó”.
JUAN PARRA, ANA GARCÍA 'ANAMARGA'
Ciclo: Paso a dos, maestros y jóvenes
Sala Compañía, 12 medianoche
En la Sala Compañía, otro capítulo de la serie “Paso a dos, maestros y jóvenes”, en esta ocasión con el querido profesor jerezano de baile, Juan Parra, y la joven cordobesa Ana García, de apodo “Anamarga”.
Parra, elegante veterano, comedido y sentado, bella claridad de movimiento, alegrías clásicas y siguiriyas, estas últimas con palillos y percusión dramática. Anamarga, competente en el taranto, y magnífica en la soleá donde demostró su flamencura sensual y sutil.
Fin de fiesta por bulerías con el trío cantaor de Rosi la Divi, Rafael Reguera y Luis Vargas “El Mono”, y las guitarras de Miguel Pérez y Jesús Álvarez.