Nuevo Ballet Español “Sangre”
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Texto: Estela Zatania La jornada de domingo en el Festival de Jerez empezó con la rueda de prensa de Isabel Bayón, María José León y Miguel Lavi que mañana presentan sendos espectáculos en los escenarios del festival, y a continuación fue presentado el libro “Los festivales flamencos en el mundo: ritos, rotos y retos”, el resultado de las jornadas técnicas que tuvieron lugar el año pasado dentro de este festival. Elu de Jerez Un reducido salón del hermoso Palacio Villavicencio es el lugar reservado por la organización del festival para la celebración de recitales acústicos de cante y guitarra. “Acústico”, y nunca mejor dicho; Luisa Jiménez Domínguez, “Elu de Jerez”, Premio de Córdoba 1995, del barrio San Miguel de esta ciudad, tiene una voz tamaño industrial, pulmones a la par y conocimientos de sobra para transformar el conjunto en cante digno de tener en cuenta. Con la guitarra de Domingo Rubichi, la cantaora de la Plazuela despachó un recital netamente jerezano: bulerías pa’ escuchar (bulería por soleá), siguiriya, tangos a pasito ligero incluyendo algún estilo extremeño versión Camarón, soleá con el agresivo decir de su tierra, fandangos, tonás y bulerías. La Elu llega mejor en los tonos medios, pero hace gala de sus facultades en cada instante; con los años llegará la templanza, por ahora es una de las voces jerezanas más convincentes y es incomprensible que no se le vea más a menudo. Nuevo Ballet Español “Sangre” Baile: Ángel Rojas, Carlos Rodríguez, Iván Martín, Emilio Ochando, Cristián Martín, Aitor Hernández, María López, Cristina de Vega, Pilar Arteseros, Pilar González, Raquel Tamarit. Cante: María del Mar Fernández, Jacob Quirós. Guitarra: Gaspar Rodríguez, Daniel Jurado. Percusión: Enrique Terrón. Violín: Ángel López de Rodas. Violonchel: Víctor Gil. Flauta: Elisa de la Torre. Coreografía: Rojas y Rodríguez. El Nuevo Ballet Español, creación de Ángel Rojas y Carlos Rodríguez, es una formación relativamente poco conocido a pesar de una admirable trayectoria de más de una década. El baile flamenco y español siempre ha tenido una vida independiente del cante y la guitarra, y se ha servido del privilegio de reinventarse a voluntad, creando una nueva personalidad sin que nadie piense demasiado en la palabra “cánones”, ni advierta a nadie de mirar al pasado. A lo mejor es eso…cante y guitarra quedan registrados desde hace más de 100 años en soportes de fácil difusión. Todo aficionado conoce el rancio quejío de Torre, pero pocos tienen una idea de cómo se bailaba en esa misma época. Hoy en día existen docenas de compañías de gran formato, cada una con visión y estética propias, y todas reivindicando la etiqueta “flamenco”. De esta libertad nace el Nuevo Ballet Español que llegó al Teatro Villamarta la noche de domingo. La propuesta “Sangre” es un surtido de coreografías, alternando las de grupo con bailes en solitario. La obra se caracteriza por mucha percusión, la música contemporánea de violín, flauta y violonchelo, además de guitarra, y el cante empleado como adorno ocasional en la voz de María del Mar Fernández que sigue la línea de Montse Cortés. El resultado es un producto francamente atractivo, basado en los compases del flamenco, dominando el de amalgama, o ternario, muchas veces sin que quede claro si es una soleá veloz, una bulería lenta o una siguiriya a paso ligero, ni falta que hace que lo sepamos, porque es un espectáculo de baile en el sentido más literal. Las coreografías del cuerpo de baile sirven de relleno para las excelentes interpretaciones de Rojas y Rodríguez, y una larga bulería de éste, luciendo la influencia de figuras actuales como Canales o Farruquito entre otros, pero siempre con sello propio, deja al público embelesado. Es baile tradicional e indudablemente poderoso, pero la mayor parte de su flamencura es despilfarrada con los sedosos arreglos instrumentales que restan peso específico. Como una reducción homeopática, es la abstracción de una abstracción de una abstracción, pero en este caso menos es simplemente menos. Cuando la cantaora brevemente ofrece unos tangos de la Repompa, es como una inyección de adrenalina que da idea de lo que serían capaces estos jóvenes maestros si quisieran construir sus coreografías sobre una base sólida de cante. Enhorabuena a la pareja protagonista por estar explorando sin complejos un terreno virgen, el baile de dos hombres en pareja sin que sea clónico, por haber actualizado el baile de zapateado y recuperado los palillos o castañuelas, y a David Pérez por la hermosa iluminación que permite el uso del negro sin privar al respetable del estímulo visual. Marco Flores Baile: Marco Flores. Cante: Miguel Rosendo, Leo Triviño. Guitarra: Antonia Jiménez. Palmas: La Tacha, Ana Romero. El espacio reservado para jóvenes bailaores recibió al que fue elegido Mejor Bailaor Revelación del 2007 por votación popular de los lectores de Deflamenco. El desbordante talento del jóven de Arcos de la Frontera tampoco pasó desapercibido para el jurado del último Concurso de Córdoba que le otorgó el premio absoluto de baile. El arte de Marco Flores es caracterizado por serenidad, aplomo, dominio absoluto y una elegancia que no da tregua ni en los momentos más intensos. Qué lejos quedan aquellas imágenes de bailaores despeinados y sudados que castigan el suelo sin piedad en busca del duende. Marco demuestra en cada momento el sorprendente poder de lo insinuado, basándose en una técnica perfeccionada, inteligencia y buen gusto. Por farruca, la dignidad de los Pelao y la línea de Gades, martinete compacto y denso, alegrías con ideas originales acertadas, todo aderezado con la personalidad inconfundible del señor Marco Flores. A todo esto, Antonia Martínez sigue demostrando que ha llegado la hora de que las mujeres asuman protagonismo en la guitarra flamenca.
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