Lunes, 25 de febrero, 2008
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Texto: Estela Zatania Niño Seve, Miguel Lavis Dos jóvenes interesantísimos compartieron una hora de recital en el Palacio de Villavicencio la tarde de lunes dentro del programa del Festival de Jerez. El joven Miguel Lavi fue un grato descubrimiento. Hace años que su nombre aparece en el atrás de distintos grupos y tablaos. De Jerez de la Frontera, nada menos de la Plazuela, y exhibiendo el saborcito asociado, Miguel irrumpe en el dormido panorama actual del cante jerezano joven con sus sabrosos martinetes y debla, malagueñas de Chacón y Mellizo, bulería por soleá terminando por Gloria como es costumbre en Jerez, siguiriyas con más entrega de lo que es habitual en uno tan joven y bulerías con sello propio, defendiendo el cante clásico con buen gusto y conocimientos. La mirada de aprobación y admiración de Diego de Morao al acompañamiento, fue el visto bueno más elocuente. Isabel Bayón “La Puerta Abierta” Baile: Isabel Bayón. Colaboración especial al cante de Miguel Poveda. Guitarra: Jesús Torres. Percusión: Antonio Coronel. Palmas: Carlos Grilo, Luis Peña El Lúa. Coreografía: Isabel Bayón. Dirección escéncia: Pepa Gamboa. Sus interpretaciones siempre han sido técnicamente impecables, pero para la que escribe, no acaba de salir de la academia para entrar en el terreno de la expresión, ni parece dar importancia a tal empeño. Nos entrega sus bien preparadas coreografías sin riesgo ni compromiso ni pellizco; quizás se debería de hablar más propiamente de “danza” flamenca que de baile. Afortunadamente, Miguel Poveda está a mano para calentar el gélido ambiente y recordarnos que el flamenco puede ser tan emocionante como bello, que la técnica debe estar siempre al servicio de la interpretación y la finalidad de todo arte es la comunicación. Se abusan de los cambios de vestuario realizados en el escenario a plena luz; si la Bayón tiene poco que decir bailando, los largos minutos que estamos obligados a ver como se viste y se peina, caen como tiempo muerto. Martinete, soleá, milonga, taranta, alegrías y bulerías, pero el grato recuerdo no es visual sino auditivo.
María José León “Cinco Generaciones” María José León no es un nombre que suena entre aficionados, lo cual justifica la inclusión de su espectáculo dentro de la serie “Los Novísimos” que corresponde a la Sala la Compañía. A pesar de su juventud, es una experimentada profesional que sabe apoderarse de un escenario con su buen baile lleno de pellizco. El título “Cinco Generaciones” alude a su familia, parte de la cual interviene en el recital: su padre Pepe León “El Ecijano” está al cante, y su hermano Manuel León, a la guitarra. Quizás el peso de la tradición es lo que hace que se limite obsesivamente a las formas más tradicionales. Es buena bailaora, con personalidad y dominio, pero su peor enemigo son unos bailes muy excesiva y desorbitadamente largos; más de veinte minutos duró una especie de homenaje a Caracol basado en zambras y fandangos del mismo, la soleá parecía no terminar nunca a pesar de dramáticos cierres, uno tras otro, y las alegrías por el estilo. Un buen coreógrafo sabría sacar provecho del admirable talento de esta joven bailaora. A pesar de la hora y cuarto de duración, todavía había tiempo para tomar la penúltima y pillar la actuación del grupo de Manuel Valencia en la Peña Fernando Terremoto. |