Texto: Silvia Cruz
Fotos: Ana Palma
Esperanza Fernández – De lo jondo y verdadero / Artista invitada: Ana Morales
Paco Cepero – Tradición y duende / Artistas Invitados: Carmen Herrera – Almudena Serrano, Rancapino Chico
Javier Latorre, dirección y coreografía
Especial XIX Festival de Jerez 2015 – Toda la información
Los generosos no tienen miedo. Y Esperanza Fernández, que presentaba “De lo jondo y verdadero”, demostró en el Festival de Jerez que ella es valiente. La trianera calcó el repertorio que ya presentó en la Bienal de Sevilla hace cinco meses. Y lo hizo brava, segura, potente de voz y muy afinada. En Sevilla invitó a Rocío Márquez pero en Jerez sólo contó con la estampa y el compás de Ana Morales, que arrancó el recital bailando unas peteneras de infarto que Esperanza ejecutó con las mismas tripas.
Y a pesar de ese arranque brillante, se hizo y le hizo al público el regalo de ir superándose. Miguel Ángel Cortés a la guitarra puso su mirada protectora sobre ella y juntos consiguieron que cada palo supiera a magia. Soleá de Triana, mariana, guajira o milonga fueron algunos de los que se marcó la sevillana y con los que dejó claro el leitmotiv de su propuesta: centrarse en los palos que no se frecuentan. Pero no se olvidó de las alegrías o la bulerías para hacerle un guiño a Cádiz y a Jerez y estuvo sembrada, zumbona y portentosa con el cuerpo y la voz. Ana Morales remató con una liviana que enloqueció al público y demostró que Esperanza es generosa: la forma en que se acercó, la besó y la mostró al público para que la gozarán y la vitorearan da cuenta de ello. Lo mismo hizo con el resto de su equipo y lo mismo hace siempre cuando se acompaña de gente buenísima: ni le tiembla la mano, ni le puede la envidia para aplaudir a los otros o para darles su espacio.
No eran pocos entre el público los que la habían visto con la misma propuesta en Sevilla y estuvieron de acuerdo en que, a pesar de calcar repertorio, Esperanza sonaba distinta: más firme, más fina, evolucionada, tal vez más sabia. Galería fotográfica – Video.
Cepero, como en casa
En el Teatro Villamarta se esperaba como agua de mayo la actuación del guitarrista Paco Cepero que interpretó temas suyos de varios trabajos discográficos y dedicó a las señoras “Capricho”, tema del disco “Abolengo” compuesto en su día para su esposa y que interpretó de manera sublime. “Tradición y duende” se llamó el show con el que el jerezano puso al público en pie pues, aunque en la rueda de prensa del día anterior Cepero aseguró que Jerez pesa, fue evidente que el tocaor estaba en casa y que estaba a gusto.
Arrancó con un cuerpo de baile solvente, que salió en varias ocasiones, porque aún parece dominar la idea de que una concierto de guitarra y nada más no es suficiente. Y con alguien de la altura de Cepero habría bastado con verlo mover sus prodigiosos dedos trazando la historia del toque, de la que él forma parte. Además, se rodeó de una violinista deliciosa, Sophía Quarenghi, de Chicharito en la percusión y de dos fieras de la guitarra como son Paco León y Miguel Salado. No se acaba de entender que con esos dos al lado, hasta la violinista tuviera su solo y no los chicos de la sonanta, que tuvieron un papel más que secundario acompañando al maestro.
Cepero fue más generoso con Rancapino Chico, al que acompañó en una nana que cortó el aire y que el propio guitarrista aplaudió con ganas. Rancapino cantó con mucho gusto por bulerías aunque mostró menos matices. Al final, fin de fiesta y un último popurrí de temas con mucho sabor entre los que Cepero no olvidó “Esta cobardía”, tema que popularizó Chiquetete y que también es obra del jerezano. La noche acabo con todo el teatro en pie rindiendo honores al maestro, que con 50 años de guitarra a las espaldas se había ganado a pulso un reconocimiento como este en su propia casa.