Texto: Estela Zatania
Fotos: Ana Palma
Domingo, 24 de febrero, 2013. Jerez de la Frontera
Especial XVII Festival de Jerez – Toda la información
EL FLAMENCO INSTITUCIONAL FRENTE AL INDIVIDUAL
BALLET FLAMENCO DE ANDALUCÍA “Llanto por Ignacio Sánchez Mejías”
Teatro Villamarta, 2100h.
El tercer día del Festival de Jerez, la gran máquina pública que administra y apoya el arte jondo en Andalucía, y por ende, España y el mundo, hizo posible la presencia del Ballet Flamenco de Andalucía, anteriormente Compañía Andaluza de Danza, en el Teatro Villamarta. Esta compañía pública ha experimentado diversas transformaciones en su corta historia, y actualmente funciona desde hace año y medio bajo la dirección del bailarín Rubén Olmo, que también interviene como principal intérprete.
Esta reciente obra del BFA, “Llanto por Ignacio Sánchez Mejías”, representa la amistad de Federico García Lorca con el torero aludido, y la muerte en el ruedo de éste. Si Churchill sentenció en 1940 “Nunca tantos debieron tanto a tan pocos”, el Ballet Flamenco de Andalucía dio la vuelta a la frase empleando recursos aparentemente sin límite para lograr un resultado bastante discreto. Doce bailarines/bailaores, además del equipo de cante, guitarra y percusión, y un amplio equipo técnico hicieron, a nivel individual, lo que pudieron con una obra que, curiosamente, sigue la misma pauta que la anterior de esta compañía. En aquella ocasión fue “Metáfora” donde la cosa empezó fuerte, con una dosis generosa de baile, cante y guitarra de buen nivel, para ir descendiendo en la cotidianidad y el tedio. Anoche, después de un comienzo rebosante de energía…bulerías de la compañía, sabroso baile por tangos de la granadina Patricia Guerrero, fandangos de Huelva, un divertido pasodoble…te acomodabas a gustito en tu butaca dispuesto a recibir una oleada de arte flamenco andaluz interpretado por el selecto elenco. Pero el prometido gozo acabó en el proverbial pozo con piezas cada vez más alejadas del flamenco, simbología confusa, coreografías planas y una marcada ausencia de cante.
Ni siquiera una virgen de proporciones olímpicas, detalles audiovisuales o la espectacular caída desde lo alto de muchos kilogramos de arena pudieron devolver la vida a una obra tan muerta como su torero protagonista. Es posible que este trabajo fuera pensado para complacer cierto sector del público no español que todavía anhela un poco de “pandereta”, aunque me pregunto cómo reaccionarán los antitaurinos de otros países.
RAMÓN TRUJILLO
Ciclo: Toca toque Jerez
Sala Paúl, 1900h.
Guitarra: Ramón Trujillo. Colaboración especial: Lya. Cante, coro y palmas: Jaime Candié, Marina García, Isa Fernández. Percusión: Chico Durán, Ismael Bernal. Contrabajo: Alfonso Fernández. Violín: Samuel Márquez.
En la sala Paúl a las siete de la tarde, dio su recital el guitarrista jerezano Ramón Trujillo, prácticamente desconocido fuera de Jerez a pesar de haber sido ganador del concurso de Jóvenes Guitarristas en la Bienal sevillana de 1990 o del venerable certamen de guitarra organizado anualmente por la peña jerezana Los Cernícalos, además de haber participado en numerosas grabaciones de artistas tan relevantes como Macanita, Niña Pastori o el mismo Camarón de la Isla.
Siguiendo el ejemplo de Paco de Lucía, y casi todos los guitarristas actuales, empezó en solitario con una rondeña, exhibiendo buena técnica y armonías discretamente contemporáneas, y a renglón seguido entra el sexteto de colaboradores, violín, contrabajo, percusión y tres personas para coro y palmas. Un programa de cartagenera por bulería abandolá, alegrías o tangos de canción, conduce a temas cada vez más populares, finalizando con la actuación de la guapísima joven cantante Lya.
JAVIER LATORRE, HUGO LÓPEZ
Ciclo: Paso a dos, maestros y jóvenes
Sala Compañía, 12 medianoche
El ciclo “Paso a dos, maestros y jóvenes” es una repetición de la jugada que tan bien funcionó en la pasada Bienal de Flamenco de Sevilla. Se propone el encuentro en el mismo escenario y recital de veteranos y jóvenes de una misma disciplina.
En esta ocasión, el coreógrafo y bailarín Javier Latorre, flamante Giraldillo a la Maestría de la Bienal aludida, defendió las formas de su generación frente al joven talento de Hugo López, cordobeses ambos.
Latorre, comedido y compacto, con la sutileza y movimientos sabios dignos de su admirable trayectoria, fue una delicia de buen gusto sin alardes. Hugo López, infectado de farruquismo sin la templanza que debe acompañar tan enérgico planteamiento, quedó competente pero acrobático, un claro caso de “más” dando “menos”.
El cante de Denia Membrive y Juan Zarzuela ”Zarzuelita”, y las buenas guitarras de Gabriel Expósito y Luis Medina completaron este recital en la Sala Compañía.