Resumen: FESTIVAL BILBAO FLAMENCO 2008. Macanita, Luis el Zambo, Moraito,…
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Texto: Manuel Moraga Viernes 21 de marzo. Bilbao. Café Iruña. Once y media de la noche. Los aficionados se van congregando alrededor de la barra. Entran Moraíto y Luís el Zambo. Sin embargo la fiesta había comenzado dos horas y media antes, cuando estos dos artistas, junto con La Macanita, ofrecían un recital en el Palacio Euskalduna. Era la primera de las actuaciones del Primer Festival Bilbao Flamenco. Pero en realidad, todo empezó antes. Ese mismo día por la mañana habían comenzado los cursos de baile y percusión que se han impartido dentro también de esta primera edición del Festival Bilbao Flamenco. Incluso podemos remontarnos hasta el martes 18 con el Previo Festival que se organizó en la Sala Santana 27… pero aún hay más, porque, en realidad, la historia comienza unos años atrás: los aficionados recuerdan todavía las actividades que la Asociación Farrabú ha venido realizando en Bilbao durante los últimos años. De aquel germen tenemos hoy una apuesta valiente y con vocación de futuro: el Festival Bilbao Flamenco que organiza la Asociación Bilbao Flamenco. “Aquí hay gente con ganas de hacer cosas. La afición es cada vez más activa y preactiva -asegura José Luís Palazón, presidente de la Asociación Bilbao Flamenco, organizadora del Festival- porque además de apuntarse a cursos para aprender, también hay quien se lanza a una carrera para llegar a los escenarios”. De hecho, la inauguración del Festival se hizo con el espectáculo “Flamencos de Akí”, que fueron Pepe Heredia, Marco Borge, Salú Shalam y el grupo de baile KUKUTXA. Junto a ellos, los dos carteles estrella de este año han estado compuestos por los cantaores Luís el Zambo, Tomasa La Macanita y el bailaor Javier Barón, que trajo como artista invitada a Isabel Bayón para su “Notas al pie”. El Festival Bilbao Flamenco nace con vocación de continuidad, de permanencia en el tiempo. Sus organizadores quieren que esta plaza vaya ganando nombre y, de esta forma, que la ciudad vaya desarrollando vida flamenca. Los comienzos siempre son duros y “hay que luchar contra los clichés: en el Régimen anterior había un despiste muy serio en la zona Norte y el flamenco se asociaba a la política y a cosas que no tienen absolutamente nada que ver con este arte”, asegura Palazón.
La idea primera fue programar en otras fechas, pero pensando en la gente que se queda estos días y en el turista que elige Bilbao como destino, finalmente de decidió ubicar el festival en plena Semana Santa, decisión aplaudida por quienes han podido disfrutar de él, como Susana López de Munaín, que no ha perdido la oportunidad de apuntarse a los cursos de baile y percusión: “el bailaor tiene que saber de todo para poder explicar a los músicos qué es exactamente lo que quiere, por eso me apunté al curso de percusión. Y con Felisa de la Cruz, la profesora de baile, he podido acceder a un estilo diferente, lleno de diálogos y matices que desconocía”. Pero la relación de Susana con el flamenco no es nueva: esta aficionada bilbaína lleva ya casi diez años bailando en la escuela de baile La Alameda, quizá la más prestigiosa de la capital vizcaína. Susana acude religiosamente a los espectáculos del Festival y, por supuesto, no deja de fichar en los trasnoches del Café Iruña: “la programación es muy buena, pero muy escasa, tanto en los cursos como en los eventos. Me hubiera gustado que el Festival durara más”. Limpieza en las intenciones de Susana que sintoniza con las expectativas que este tipo de acontecimientos despierta en ciudades alejadas de los tradicionales focos de actividad flamenca: “este es un público que sabe acoger muy bien a los artistas y, además, no está tan resabiado como en otras plazas, donde se concentra mucha gente que piensa que sabe de flamenco y es más crítica. Aquí no ocurre eso; aquí la gente quiere ver, quiere aprender”, comenta José Luís Palazón, y de ahí que “los artistas se sientan siempre tan bien tratados en Bilbao”. ¿Cómo poner en marcha un acontecimiento como este?… Pues sí, como habrá intuido el lector, no queda otro remedio que volver a remontarnos en el tiempo, según nos cuenta el presidente de la asociación organizadora José Luís Palazón: “después de varios contactos, nuestro principal apoyo es el Ayuntamiento de Bilbao, teniendo como principal referencia los festivales ya clásicos de Nimes o Mont de Marsan, por proximidad geográfica. También la Diputación ha mostrado su interés por el concepto de interculturalidad que el flamenco representa. Pero también hay que destacar mucho la presencia de RENFE, que no ha dudado en apoyarnos a pesar del poco tiempo que hemos tenido para organizar el Festival. Y, por supuesto, hay que mencionar al hotel Ercilla y a la sala Santana 27, donde se ha inaugurado esta primera edición. Además, está el espacio Muelle 3 donde se han desarrollado los cursos y el Café Iruña, que tiene ya una cierta solera en la programación de actuaciones flamencas”. La idea es que el flamenco no se quede resignado sólo al escenario, sino que los aficionados de Bilbao y alrededores puedan disfrutar de este arte antes y, sobre todo, después de las actuaciones. De ahí la iniciativa de los trasnoches del Café Iruña, donde no sólo hay programados artistas flamencos, sino que también han sido pensados para la reunión de los adictos a esta expresión. Muelle 3, el Palacio Euskalduna, el Café Iruña y la sala Santana 27 han sido los espacios que han albargado esta primera edición del Festival Bilbao Flamenco, “pero poco a poco trataremos de ir ampliando a otras localidades como Barakaldo, Portugalete, Getxo, etc.”. Esas son las intenciones de la Asociación Bilbao Flamenco… Intenciones que el sábado -después de la actuación de Javier Barón en el Palacio Euskalduna- los aficionaos comentan alrededor de la barra del Café Iruña. Intenciones alimentadas en torno a los mejores pinchos morunos de España… Allí reponían fuerzas la profesora de baile Felisa de la Cruz, su alumna Susana López de Muniaín, la bailaora María Martín –experimentada artista que se ha encargado de organizar los cursos-, José Luís Palazón, Javier Barón… Intenciones que se soñaron un día y que hoy ya se van cumpliendo… Pero para escribir esa historia no hay que remontarse al pasado: sólo hay que pensar en clave de futuro. |