Se estrena en el centro cultural Paco Rabal de Madrid “¿Y después?” Conferencia bailada.
José Manuel Gómez Gufi
Fotos Tandem579
Una voz invita a que uno de los espectadores ponga en marcha el espectáculo. Haciendo click en un ordenador situado encima de una mesa en el centro de escenario. Muy pronto queda claro que, entre la provocación, la reflexión y el sarcasmo, queda sitio para el arte. Fernando López es filósofo y bailaor, escribe y baila, reflexiona sobre nuestra cultura. Su último libro es “Historia queer del flamenco”.
Cuenta Belén que había prometido no volver al festival de Jerez, que bailar por bailar ya no le interesa. Hasta que apareció Fernando López y le propuso “Ni tú ni yo” estrenado en febrero junto al guitarrista Juan Diego Mateos. Esta conferencia bailada ¿Y después? nace tras esa experiencia y en pleno confinamiento reflexiona sobre el baile, el género, los arquetipos, la necesidad de crear espectáculos para los festivales que luego no son vistos por el público.
No es la primera vez que un espectáculo de baile flamenco te pone a pensar. El bailaor pasa de ser un objeto bello que se muestra en su ser (y en su hacer) y en lugar traspasar las barreras de la velocidad de la luz con los tacones te sacude las entendederas. Habla Belén Maya de lo que aprendió con Israel Galván y viene a ser la vieja historia del magisterio que ejercieron otros maestros antes. Han cambiado los tiempos y estos son los que nos ha tocado vivir. Fernando López recuerda que no podía hacer un movimiento que no revestía ninguna dificultad para una compañera venezolana pero que a él le resultaba imposible después de años de entrenamiento en la disciplina clásica. Belén le dedica una “sentadilla” a las mujeres chilenas violadas por la policía.
Se habla y se baila sobre la identidad ¿Quiénes somos y qué hacemos más allá de nuestra identidad de género, nuestra identidad profesional y nuestra identidad nacional? ¿Somos algo, más allá de todas esas formas de identificación?
Se habla de toros, se escuchan pasodobles y un texto de Eugenio Noel, antiflamenquista y antitaurino. Los bailaores plantean un dilema propio y si en lugar de bailar como se torea, ellos torean como bailamos nosotros. ¿Se acabaría la tortura? Escobar canta: “No me gusta que en los toros te pongas la minifalda”.
Se cuenta cómo en Filipinas el símbolo de la identidad nacional tras la independencia de España en 1898 es una jota. Belén baila con un mantón de la china-na-ná… o ¿era de Manila? Pasamos del pasmo intelectual al disfrute escénico con detalles inspiradores de Belén Maya que se nos presenta como una bailaora integral y que se nos muestra entera con el camerino y las bambalinas a la vista de todos. Así recibimos el baile de Belén como un don, un regalo imposible de cuantificar.
El espectáculo está pensado para que piense el gran público sin códigos ni a la historias del baile, de la música o del flamenco. No voy a contar lo que pasa al final ya que de alguna manera se resuelve uno de los dilemas de los conciertos de Tomasito ¿Hay que acabar los conciertos con los pantalones puestos?
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