Texto: Sara Arguijo
Fotos: Adam Newby
Farruquito Cante: Antonio Villar, Mary Vizarraga y Pepe de Pura Guitarra: Román Vicente Percusión: Polito Artistas invitados: Lole de los Reyes (Baile), Juan El Negro (cante), Pepe Fernández (guitarra) y La Maya (violín) – Teatro Quintero de Sevilla – 31 de marzo de 2016
La fiesta de Farruquito
Farruquito es una marca con sello de calidad certificado. Por eso da igual lo que proponga y lo que haga que la euforia de su público va a ser siempre la misma. Es el maestro de una de las escuelas con más adeptos y más imitadores y se mantiene firme en el estilo que nadie practica como él y que tampoco se parece a ningún otro. Farruquito es Farruquito y es increíble.
Así quedó patente el jueves en el espectáculo con el que estará tres días en el Teatro Quintero de Sevilla. Una propuesta sin más título que el de su propio nombre donde Juan Manuel Fernández Montoya se mostró como en casa. Una fiesta alegre y frenética para la que se rodeó, además de parte de su elenco, de jóvenes talentos a los que quiso dar una oportunidad -previo casting en las redes sociales- “porque hay sitio para todos”, apuntó.
Farruquito, por tanto, actuó esta vez como mentor y director de orquesta arropándolos a todos: a la prometedora bailaora Lole de los Reyes que mostró fuerza y raza, a la emotiva y flamenca voz de Juan El Negro, a la delicada guitarra del francés Pepe Fernández y al violín rasgado de La Maya.
Y él, de una forma absolutamente natural y relajada, fue probándose, improvisando y gustándose en cada paso. Por alegrías, seguiriyas, soleares y bulerías disfrutó del baile que más le gusta y desató ovaciones en el patio de butacas con piruetas casi acrobáticas, zapateados infinitos y giros incontables que no se sabe cómo pueden entrar a tiempo.
No cabe duda que mientras más se conoce, mejor baila. Y que su pasmosa seguridad encoge el pecho de los más resabiados. Como si retuviera el centro de su vida en el pie derecho. Como si detuviera el tiempo en un remate.
Es cierto que supo poco la hora precisa de la propuesta en la que algunos esperaban más presencia del protagonista y que problemas técnicos, como una cortina del telón que no acababa de cerrarse, luces inadecuadas y problemas de sonido deslucieron en mucho la propuesta. Pero Farruquito da un golpe de tacón y el mundo olvida cualquier inconveniente.