El flamenco es el cobijo

Fantasia para Violonchel y Flamenco

Fantasia para Violonchel y Flamenco

Texto: Sara Arguijo

Fotos: Annemiek Rooymans

Rocío Márquez, Leonor Leal y Agustín Diassera ponen la emoción a la «Fantasía para violonchelo y flamenco» que cerró este domingo la Bienal de Holanda

Ficha artística. Espectáculo: Fantasía para violonchelo y flamenco Cante: Rocío Márquez Cello: Maya Fridman, Ella van Poucke Kemençe: Derya Türkan  Baile: Leonor Leal Percusión: Agustín Diassera Multi-instrumentista: Efrén López Fecha: Domingo 29 de enero Lugar: Muziekgebouw (Ámsterdam) Ciclo: Bienal de Holanda Aforo: Lleno

La Bienal de flamenco de los Países Bajos ha llegado este domingo a su fin con ‘Fantasía para violonchelo y flamenco’, un espectáculo coproducido junto a la Bienal de Cello de Ámsterdam que se presentaba como una de las apuestas fuertes de esta cita, en tanto que propone una conversación entre artistas de lenguajes musicales distintos que son además figuras en sus respectivos países. En este caso, España, Irán, Turquía y Países Bajos.

En este sentido, para esta propuesta no había mejores representantes del flamenco que la cantaora Rocío Márquez, la bailaora Leonor Leal y el percusionista Agustín Diassera. No sólo por la inquietud, la solvencia, la valentía y el buen gusto que demuestran en cualquiera de los proyectos que afrontan, sino porque además se conocen tan bien que pueden mirarse a los ojos y darse cobijo. 

Resaltamos esto porque ayer fue esta comunión artística entre Márquez, Leal y Diassera la que salvó un espectáculo elegante y bien trabajado pero frío, algo largo y en ocasiones monótono.  Es decir, ‘Fantasía para…’ podría tener cabida perfectamente en cualquier circuito dentro y fuera del flamenco y satisfacer al público por la belleza y la exquisitez de la obra pero si desató emociones fue por la dulzura y entrega que la onubense imprimió en su cante, por la creatividad de movimientos y sutileza de Leonor y, sobre todo, por la exquisitez, coherencia y buen gusto que practicó Agustín, quien verdaderamente tomó la riendas de la escena. 

Dicho de otro modo, y que conste que no es por barrer para casa, en este diálogo el flamenco lleva la voz cantante y, por eso, fueron la guajira, la bulería ‘Me embrujaste’, la alegría ‘La sal le dijo al azúcar’ o la seguiriya ‘Vivo yo con pena’ las piezas más aplaudidas. Además de la canción sefardí ‘Los guisados de las berenjenas’, que Rocío hizo completamente suya desplegando todos sus recursos vocales. 

En definitiva, una idea interesante a la que quizás le falta calidez o recorrido. En cualquier caso, ahí estuvo el flamenco para arroparnos y ahí estuvo Diassera. 

 

 

 

 

 


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