Texto: Rubén Gutiérrez
Fotos: Marta Gily Sitoh
Un año más, el fin de semana del 17 al 19 de julio nos recibió Etnosur, el festival multicultural y multidisciplinar que se celebra en la Sierra Sur de Jaén.
¡¡VAMONOS POR BLUSERIAS!!
Como viene sucediendo en los últimos tiempos, el flamenco tiene su hueco en estos encuentros étnicos. La jerezana Carmen “La Chocolata” dio el pistoletazo de salida de los conciertos en la plaza del ayuntamiento alcalino el viernes 17 con su más que fresca propuesta guatequera flamenca y aderezos tex mex. Acompañada por Fran Gómez a la guitarra y el tres cubano, Cuni Mantilla al contrabajo, Jesús Santiago a a la percusión, además de Angel Amaya y Juana Larreta de palmeros, nos dieron un buena lección de compás aderezada de otros ritmos musicales que puso al público a bailar durante todo el recital, la mayoría de ellos ajenos al flamenco. Pero sin duda el clímax de la velada fue cuando se subió el mítico Manuel Imán al escenario. El guitarrista sevillano venía como artista invitado y pronto acaparó el protagonismo junto a Chocolata. Juntos hicieron las delicias del respetable ya fuera por tangos o bulerías, por Jimi Hendrix y con su singular versión de “La Llorona” y donde no faltó el fin de fiesta y un cante por fandangos. Sin duda estamos ante una de las artistas más polifacéticas del actual panorama flamenco, ya que tanto canta, como baila, como recita bellas letras hispanoamericanas, ganándose enseguida al publico y de la que estamos ansiosos de que saque su nuevo disco al mercado.
El plato fuerte del festival estaba programado para el sábado 18 de julio en el escenario principal. Este año, la producción propia que se viene realizando de un tiempo a esta parte, y en la que el flamenco suele ser protagonista, venia de la mano del grupo ubetense Guadalupe Plata. La exitosa banda de blues quiso apostar por encontrar las raíces comunes de la música negra del río Mississippi junta a las del arte jondo. Pedro De Dios, Carlos Jimena y Francisco Luis Martos se embarcaron en este proyecto junto al bailaor Daniel Navarro, el cantor Antonio Campos que nos recordó sus inicios como tocaor, y la percusión de Javier Rabadán. Sobre la escena un yunque para que los músicos fueran apareciendo al compás del martinete mientras se teñían los primeros sonidos negros afroamericanos hasta que un cortejo fúnebre, como si de un entierro de New Orleans se tratara, dispuso un ataúd sobre las tablas del que salió Daniel Navarro. Todo un inicio espectacular que por momentos nos llegó a recordar de alguna manera a esa sublime obra morentiana llamada “Omega”. Aunque la propuesta se fue diluyendo poco a poco, toda vez que la incursión flamenca por el territorio de Tom Sawyer unicamente se centro al compás por seguiriyas, tanto en su vertiente por tonás como martinetes, enchando en falta alguna carcelera o algún cante de labor como la trilla dada su relación con las plantaciones del sur de los Estados Unidos. Los ritmos de blues, se sucedían con los del rockabilly o del bluegrass, en los que baile y el cante flamenco hacían de vez en cuando su presencia, pero más como un aliño que un verdadero encuentro, incluso llegamos a escuchar una letra por peteneras. Muchas veces la música flamenca se ha hermando con otros estilos musicales, dada la riqueza rítmica de la primera, pero en esta ocasión creemos que faltó pulir ciertos aspectos que configuran el estilo jondo y más concretamente en el apartado del baile, ya que no hubo un verdadero dialogo entre ambos componentes. No obstante creemos que es una propuesta interesante, que a nada que se trabaje poco dará buenos resultados. Lo importante muchas veces es creer en este tipo de hermanamiento, y para mojarse hay que tirarse a la piscina, por lo que le auguramos una buena proyección, siempre y cuando se aborden otros patrones rítmicos flamencos que también pueden encajar con la propuesta de Guadalupe Plata.
El festival también quiso hacer un pequeño tributo a la memoria del malogrado Paco Lucía en el primer aniversario de su fallecimiento. Para ello programó dos actividades muy interesantes, aunque a horas matinales muy poco flamencas. Por un lado la proyección en el teatro Martínez Montañés de la pelicula “Paco de Lucía: la búsqueda” de su hijo Francisco Sánchez Varela, en la cual el desparecido tocaor de Algeciras nos desvela su faceta más humana. Y como una de las últimas actividades del festival, el domingo 19 de julio en el Centro Social “La Tejuela”, el polifacético Juan José Téllez presentó su tercera publicación sobre el mito de entre dos aguas que lleva por titulo “Paco de Lucía , el hijo de la portuguesa”. Una interesante disertación sobre como llevó a cabo la redacción del volumen, un tanto motivada por la repentina desaparición del gran maestro de la sonanta jonda, salpicada de anécdotas de su vida y que no queremos desvelar ya que recomendamos encarecidamente la lectura del mismo. De este modo nos despedimos de este singular evento, con ganas de que llegue una próxima edición, que sin duda nuevamente, vendrá cargada de buenos tintes flamencos.