Cante: Enrique Morente.
Guitarras: Pepe Habichuela, Niño Josele, Manuel Parrilla.
Percusión: Bandolero.Bajo: Alain Pérez. Coros
y palmas: Angel Gabarre, Antonio Carbonell y el Falo. Palmas
y baile: Popo.
Con su nuevo disco en el mercado «El pequeño
reloj», el concierto de Enrique Morente en el Patio Central
de Conde Duque de Madrid suponía la presentación
en directo de este nuevo trabajo, pero no sólo se quedó
ahí el granadino, pues hizo un recital en toda regla
derrochando toda su sapiencia cantaora. Se calentó
comenzando por unas bulerías con todo el grupo en coro,
siguió luego por alegrías, para posteriormente
abordar unos tientos esta vez si del disco, sólo era
un aperitivo de su nuevo trabajo, pues luego hizo soleá
y bulerías. Cada pieza con esas entonaciones tan personales
del cantaor y haciendo alarde de ese repertorio suyo que siempre
resulta tan original, ya que parece infinito y nunca se hace
repetitivo.
Pero
fue cantando esos temas de su nuevo trabajo sobre las grabaciones
de las guitarras de Ramón Montoya o Manolo de Huelva
con los que volvió a demostrar que es un cantaor sin
igual por sus aportaciones que contribuyen a ampliar horizontes
en el arte del flamenco. Abordar este reto tecnológico
con su voz en directo tuvo un gran mérito añadido.
Cantó sobre las guitarras del pasado, rondeña,
soleá y caña, intercalando con las de Niño
Josele y Manuel Parrilla el tema que da título al disco
«El pequeño reloj» con esa interpretación
tan maestra del tic, tac que hizo Enrique Morente, la soleá
o la policaña. Emocionante fue también el alegato
contra la guerra con la melodía del «Claro de
luna» de Beethoven haciendo un despliegue de su amplitud
de recursos, a modo a veces de ópera flamenca.
Un recital en toda regla derrochando
toda su sapiencia cantaora.
El nuevo disco de Enrique Morente es un homenaje a la guitarra,
y subió al escenario la «guitarra maestra»
como la denominó el cantaor de Pepe Habichuela que
era el invitado estelar de la noche, con el que interpreto
unas bellas alegrías y una seguiriya donde ambos mostraron
su máxima jondura. Todo lo cantó bien Enrique
Morente dando a cada tema el talante adecuado, logrando en
cada uno de ellos un gran poder de expresión. Destacó
la versión de «Tres gardenias para ti» de
Machín por bulerías. Sin duda, temas como este
crean público, y con los tangos «Vendiendo flores»
de su disco que provocaron los palmeos del público,
culminó su actuación.
Ese repertorio
suyo que siempre resulta tan original,
ya que parece infinito.
Enrique Morente con Niño Josele
El pasado, el presente y las miras al futuro se mezclan siempre
en todo lo que hace este cantaor, pero es más patente
en su nuevo disco, y por tanto lo fue en esta actuación,
pues hubo guitarras del ayer y del hoy, el bajo de Alain Pérez,
esos coros que siempre dan el complemento perfecto, y el baile
de su sobrino Popo que apunta maneras. Y además el
cante de su hija Estrella con el que Morente quiso hacer un
regalo al público madrileño. Convencida por
su padre nos otorgó unas bulerías que hizo con
mucho arte y poderío, incluyendo la copla madrina con
la que siempre cautiva esta joven pero gran artista. En un
principio quería rechazar la petición de su
padre por lo emocionada que estaba por la actuación
de éste, ya que especialmente a su hija no iba a dejar
indiferente por la innegable maestría que volvió
a desprender Enrique Morente en este recital.
Estrella Morente
Mirando el reloj algo más de dos horas de concierto
con las que el público salió mas que satisfecho.
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