El Pele y Remedios Amaya, el genio y la figura

Remedios Amaya & El Pele

Remedios Amaya & El Pele

Espectáculo: Únicos. Cante: Manuel Moreno ‘El Pele’ y Remedios Amaya. Guitarra: Raúl El Perla (Remedios Amaya) y Niño Seve (El Pele) Voces y Palmas: La Mari y Carmen Amaya. Percusión: José Moreno. Ciclo: 26 Cumbre Flamenca de Murcia. Fecha: Sábado 23 de febrero. Lugar: Teatro Circo. Aforo: Lleno

Sara Arguijo

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Ella salió al escenario poderosa, segura, carismática y cercana. Dispuesta a meterse el público en el bolsillo regalando piropos a la ciudad que la recibía con los brazos abiertos y “con la que tenía una deuda pendiente”. Así, a los cinco minutos ya se había quitado los tacones y estaba cantando a capela para mostrar “con el corazón” lo que mejor se le da. Es decir, Remedios Amaya siguió al pie de la letra su guion habitual y el repertorio esperado, con sobredosis de bulerías y cuplés por bulerías, que El Perla iba hilvanando con gusto y un toque flamenquísimo e inspirador (también para él fueron los aplausos).  

De alguna forma, la sevillana sabe que no es la sorpresa lo que se espera de ella. Al contrario, se erige como un símbolo de una época y de una forma de cantar porque, aunque no siempre se reconozca, Remedios ha sido la artista más oída e imitada de toda la generación de cantaoras que rondan hoy la treintena. Por ese metal herido y profundo, que le sigue sonando tan bien, y ese rozado e inconfundible eco con el que hiere y arropa. Y también, por ser de las pocas voces de lo jondo que atesora grandes éxitos, como el Gitana Soy o el Quién maneja mi barca, que interpretó como despedida a la media hora de recital con todo el patio de butacas coreándole.

Y tras la locura desatada con la Amaya, el pellizco que trajo el “genio”, como le gritaba el público murciano a un Pele pletórico que por momentos parecía una estrella del rock entre tantos vítores. Todo porque el cordobés es probablemente el cantaor más personal de los que existen en la actualidad pero también el que conecta más fácilmente, cuando quiere.

A su sentido del compás, su forma de modular el cante, su dominio de los tonos bajos y la capacidad para clavar las notas en los agudos, se le suma el haber sabido pasar por su propio filtro las distintas escuelas -de Caracol a Morente, por ejemplo- y una enorme creatividad. Por eso, te mantiene siempre en vilo. Te llega, te levanta del asiento, te rompe y te destroza. Y ya puestos podríamos quedarnos eternamente en su soleá… Por cierto con él y con la guitarra del Niño Seve que regaló falsetas mágicas durante todo el recital.

Es verdad que para esta ocasión recurrió a los palos más festeros (rumbas, sevillanas, alegrías…), también por cumplir los deseos de quienes le pedían “el moro”, “amigo” o “el pañuelo”, algo que por otro lado denota que El Pele traspasa la frontera de la afición jonda y gusta a todo tipo de espectadores. ¡Pocos tienen tantos hits!

En definitiva, como anunciaba el título y como demostraron juntos en una emotiva despedida por bulerías, que finalmente acabó rematando el Pele por tonás, ambos demostraron ser únicos. Figura y genio. Genio y figura.

Fotografías & videos – Rafael Manjavacas

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