Resumen: 'EL INDIANO' Ballet Flamenco David Morales
“EL INDIANO” |
Pasajeros en tránsito Texto y fotografías: Manuel Moraga A David Morales le seducen los montajes argumentados. En esta ocasión, su referencia es la ida y vuelta en el flamenco, una temática no demasiado explorada en la danza –o al menos, no tanto como otras facetas de lo jondo- que el linense resuelve son sencillez y con coherencia. Cuando lo que se propone es fruto de un proceso de reflexión riguroso, el resultado suele tener consistencia. David Morales estudia los géneros y los reviste con su visión poética que, en este caso se construye a base de vivencias como la lejanía y el regreso, o sentimientos como la melancolía y la nostalgia.
El rigor de David Morales se manifiesta tanto en sus coreografías como en el resultado musical. La ida y vuelta musical es en sí una puerta abierta a muchas dimensiones, de manera que lo difícil es ceñirla a una idea concreta. En este caso hay una coherencia formal entre todos los ingredientes, y la experiencia final nos sumerge en el espíritu del pasajero en tránsito permanente. Resultado que se va construyendo a base de estilos como el zorongo, las alegrías, vidalita, milonga, colombiana… David Morales -y La Choni, artista invitada- profundiza en la coreografía de esos aires y para ello ha contado con la colaboración de Javier Latorre y Úrsula López. Con una técnica irreprochable al servicio del baile, Morales va exponiendo sus recursos haciendo que lo difícil parezca sencillo. Aparte del virtuosismo de sus pies hay que destacar sus brazos, sus juegos de muñecas, que tanto peso tienen en su baile. Pero donde quizá más logra crear emociones es en la soleá, al menos en mi opinión. Ahí gestiona perfectamente los pasajes emotivos, alargando la intensidad y dosificando bien los momentos de alivio. Es una soleá que va creciendo y envolviendo. Escénicamente, David Morales opta por la sencillez. Una puerta modernista simboliza la separación entre uno y otro lado del charco, pero también es la puerta por donde entran y salen los sentimientos que acompañan a los protagonistas. Hay que destacar, por supuesto, la colaboración especial de Javier Ruibal, maestro de la belleza, que interpreta aquí dos clásicos: “Ausencias” y una versión por bulerías de “Volver” al más puro estilo chanero (de Chano, quiero decir). Importante también la sensualidad propuesta por La Choni en unos estilos que exigen ese tipo de expresión, así como el oficio de los cantaores Rocío Bazán y Jeromo Segura, los guitarristas Paco Javier Jimeno y Oscar Lagos, el bajista Dani Arjona, el percusionista Javi Ruibal y el pianista Rafa Arregui. La música es aquí un elemento protagonista, y estos artistas logran un resultado excelente… Y, desde luego, coherente con todo el planteamiento expresivo de David Morales. De alguna forma “El Indiano” no solamente es un espectáculo de ida y vuelta: también es un homenaje a todos los pasajeros de un tránsito que no es solo físico.
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