Nace un festival con David de Jacoba y José del Tomate en la primera noche. Alberga la VII edición del concurso de guitarra Niño Miguel.
El flamenco viaja a velocidades inesperadas y nosotros con él. Antes tardabas décadas en encontrar un disco, en fraguar tus gustos musicales, todo era tan lento como cruzar Despeñaperros detrás de un camión lento, muy lento. Ahora todo es vértigo hasta que llegas a la estación de Atocha y las pantallas están muertas y los trenes meteóricos tardan una hora en ponerse en marcha. ¡Cataclismo! Conexiones perdidas y las prisas por encontrar alternativas tiene su gasto en gestión de angustias y nervios, propias y ajenas. Este cronista ha sido ascendido de dj a “pinchaor” y cierro la primera sesión del primer festival Flamenco de Bellota. ¿llegaré a mi destino, o no llegaré?
Ver nacer un festival es tan fascinante como asistir a un parto. El padre se come las uñas y la madre empuja al ser que ha llevado dentro durante meses. Diego Guerrero ha montado un festival, algo extraordinario, pero además lo ha hecho en su pueblo delante de su gente; y lo insólito es que su pueblo Villanueva de los Castillejos hace frontera con El Almendro. Dos pueblos que viven pegados con ayuntamientos distintos, presupuestos diferentes. Sólo un artista es tan audaz como para poner de acuerdo a dos pueblos y plantar el escenario mitad en un lao y mitad en el otro. La barra del bar en el Almendro y los que cortan el jamón en Castillejo. Todos importantes y necesarios. El lugar se llama frontera y también lleva el nombre de los dos alcaldes de aquel momento Fernando Alonso ¡Ojú!
Resumo, Guerrero ha montado un festival en su pueblo, con la gente que le conoce desde churumbel y lo ha montado de lujo (y gratis) y lo ha plantado en la frontera entre dos pueblos que tienen historia y recursos diferentes. El Almendro setecientos habitantes, Castillejo tres mil. Tras las montañas de El Almendro se ven las aspas gigantes de los molinos de viento. Si de un lado viven del aire, del otro viven de los que comen bellotas y producen felicidad comestible ¡Ea!
Fotos: Raúl Macarro
FLAMENCO PARA LA FAMILIA
El flamenco es un estilo musical minoritario, en Andalucía y en todo el mundo, un festival gratuito tiene mucho de transversal, van las familias enteras, los más interesados se sientan enfrente del escenario, en la plazoleta del lado están los baños químicos y del otro lado juegan los niños. La Frontera entre los dos pueblos se materializa con un muro pequeño sobre el que crecen arbustos pequeños que el personal utiliza para sentarse y engullir raciones de jamón de bellota a cinco euros que te quitan los sentidos. ¡Ea!
El flamenco es curativo y te encuentras con David de Jacoba y te lo demuestra. En el escenario está José del Tomate con el cantaor Kiki Cortiñas empeñado en demostrar que es un guitarrista distinto a su padre. Ambos tienen en común la adoración por Niño Miguel… aquí es donde encontramos otro ¿porqué? del festival… por la tarde se ha celebrado la final del VII concurso de guitarra Niño Miguel del que damos cuenta a continuación. ¡Ea!
GANADORES DEL VII CONCURSO DE GUITARRA NIÑO DE MIGUEL
-Antonio Israel Castro
-David Roldán
-Jonathan Goldie
David Roldán recibió el premio patrocinado por Naturgy a la mejor interpretación de una pieza de El Niño Miguel.
BULERIAS PARA UNA ALFOMBRA VOLADORA
Tomatito ha llevado a su hijo José en su grupo durante algunos años, ahora José del Tomate gira por su cuenta pero, hasta ahora, no le había escuchado con otro cantaor, uno del calibre de David de Jacoba. Y pensarán en el modelo de Camarón y Tomatito, pues no. Lo que se escuchó en la frontera poco tiene que ver con la pareja hasta que llegaron las bulerías del final en las que José del Tomate sacó la uña para rasgar a la inconfundible manera en que su padre acompañaba a Camarón. Una técnica que nadie ha podido (o se ha atrevido) a imitar y que, por lo que parece, resulta ser un secreto familiar. No fueron una bulerías normales, no a esas a las que uno está acostumbrado… quizá tenga que ver con la presencia de Nashrine Ramani o la de Kiki Cortiñas que lleva años demostrando que tiene cosas que contar. Quizás hicieron algo que no se suele hacer… pensar las bulerías. Sobre esa alfombra voló David de Jacoba como si fuera Aladino, el de la lámpara. ¡Ea!
¿Quieres más? 2ª parte. Capullo de Jerez ¡qué manera de triturar estribillos!
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