Texto: Estela Zatania
Fotos: Ana Palma
BALLET NACIONAL DE ESPAÑA
Eritaña, Soleá del Mantón, Zapateado, Bolero y Alento
Teatro Villamarta, 2100h. 23 febrero 2018.
Especial 22 Festival de Jerez – Toda la información
BALLET NACIONAL DE ESPAÑA
ERITAÑA Coreografía: Antonio Ruiz Soler. Música: Isaac Albéniz
SOLEÁ DEL MANTÓN Coreografía: Blanca del Rey. Música: Jesús Torres
ZAPATEADO SARASATE Coreografía: Antonio Ruiz Soler. Música: Pablo Sarasate
BOLERO Coreografía: Rafael Aguilar. Música: Maurice Ravel
ALENTO Idea original y coreografía: Antonio Najarro. Música: Fernando Egozcue. Grabación musical: Orquesta de la Comunidad de Madrid. Fernando Egozue: guitarra. Coni Lechner: piano. Martín Bruhn: percusión. Dirección: Joan Albert Amargós
Ballet Nacional de España. Director: Antonio Najarro. Asistente de dirección: Azucena Huidobro. Bailarines principales: Esther Jurado, Francisco Velasco. Primeros bailarines: Aloña Alonso, Inmaculada Salomón, Sergio Bernal, Eduardo Martínez. Solistas: María Fernández, Débora Martínez, Miriam Mendoza, José Manuel Benítez, Carlos Romero, Carlos Sánchez. Cuerpo de baile: Cristina Aguilera, Estela Alonso, Sara Arévalo, Pilar Arteseros, Marina Bravo, Cristina Carnero, Alba Dusmet, Alba Expósito, Patricia Fernández, María Martín, Tania Martín, Sara Nieto, Carla Prado, Irene Tena, Vanesa Vento, Javier Carabello, Antonio Correderas, Juan Pedro Delgado, Albert Hernández, Antonio Jiménez, Álvaro Madrid, Adrián Maqueda, Álvaro Marbán, Víctor Martín, Alfredo Mérida, Pedro Ramírez, Daniel Ramos, Axel Galán. Cantaora: Saray Muñoz. Cantaor: Gabriel de la Tomasa. Guitarristas: Diego Losada, Enrique Bermúdez, Jonathan Bermúdez. Percusión: Roberto Vozmediano. Piano: Juan Álvarez.
El vigésimo segundo Festival de Jerez se inauguró anoche en el Teatro Villamarta, con el Ballet Nacional de España, bajo la dirección de Antonio Najarro, con una plantilla numerosa – los nombres de unos cuarenta intérpretes, y otro tanto del equipo técnico figuran en el programa de mano – para un largo programa de coreografías históricas y nuevas para lucir la diversidad y el excelente nivel de la compañía que este año cumple 40 años desde su fundación.
Siempre ha sido la intención de la organización de este Festival de presentar el baile flamenco y la danza española, aunque aquél haya dominado en el programa año tras año. Históricamente, los repertorios de las compañías o “ballets” habían incluido ambas ramas del frondoso árbol del baile/danza de origen español, notablemente en la persona de aquella flamenca por antonomasia, Carmen Amaya, cuyos espectáculos incluían una buena dosis de lo que se llamaba “danza semiclásica”.
Habiendo dicho esto, la reseña más resumida de lo que vimos anoche sería: un altísimo nivel técnico, disciplina absoluta, unas ganas sinceras de ofrecer calidad y opulencia en la presentación, pero unos resultados relativamente templados teniendo en cuenta la inversión, tanto económica como humana.
La primera coreografía fue posiblemente la más lograda. “Eritaña”, de Antonio Ruiz Soler, estrenado en 1960, es una bellísima estampa de escuela bolera basada en las formas tradicionales del siglo XIX. El impresionantemente vistoso vestuario ayuda a convertir el escenario en una postal animada de la época.
El legendario “Zapateado de Sarasate”, otra coreografía de Antonio (a secas, porque así lo conocemos los aficionados), cumple setenta años desde su estreno. Las palabras del mítico bailarín/bailaor citadas en el dossier, “hay que hablar con los pies, no dar patadas”, resume la esencia de esta pieza, bailada con el mayor cariño por José Manuel Benítez que logra reproducir los entrañables tics del maestro.
La “Soleá del Mantón”, creación para siempre ligada al nombre de su creadora, Blanca del Rey, fue interpretada por Esther Jurado. En algunos momentos se vislumbraba la magia del paso a dos de bailaora y mantón, pero como las comparaciones son odiosas, dejémoslo en interpretación estilizada y competente.
En el “Bolero” de Maurice Ravel, un favorito popular con generaciones de melómanos y danzadictos, la obsesiva repetición de la música no fue aliviada por una variedad coreográfica, y la cosa no terminó de emocionar.
Después de un descanso, el programa se completó con una creación de Antonio Najarro. “Alento” es una suite de seis escenas, con algunos momentos muy logrados. Rezume un aire urbano con pátina de contemporaneidad, y cierto filin callejero, como un West Side Story a lo ibérico.
Al final, me quedo con el lujoso vestuario, el empleo inteligente de palillos (castañuelas) y la profesionalidad de toda la compañía.
Foto: Ana Palma
Video:
ANTONIO REY “Dos partes de mí”
Bodega González Byass, 24h
Abriendo el programa de recitales en la bodega González Byass, el joven maestro madrileño-jerezano, Antonio Rey, vino a presentar su nueva grabación, “Dos partes de mí”.
Con premios de La Unión y Córdoba, y un Giraldillo, entre otros importantes galardones, además de una colaboración con Paco de Lucía, no sorprende su dominio del instrumento. Una pulsación poderosa para música original y contemporánea en su justa medida, es la clave de su estilo. Vino acompañado por la segunda guitarra de Manuel Urbina, su hermana la cantaora Mara Rey con su voz de caramelo tostado, un bajista cuyo nombre no figura en el programa y los versátiles Makarines para coros y compás. El broche de oro lo puso el artista invitado, el bailaor Joaquín Grilo.