Texto: Silvia Cruz Lapeña
Fotos: David Mudarra -Suma Flamenca
Guitarras: Javier Ibañez Juan J. Alba
Artistas invitadas cante: Anabel Rivera, Sandra Zarzana, May Fernandez
Instrucciones para ver “Guerrero”
Imagine:
Que el escultor Miguel Ángel hubiera sido flamenco y que su Piedad, la virgen que sostiene a su hijo muerto, no fingiera movimiento y se moviera de veras. Y en lugar de blanco mármol, vistiera de negro encaje.
Sepa:
Que el bailaor que interpreta al hombre es gaditano, gasta una buena cabeza, se sabe la lección de sobras y sólo ha de persistir para acabar trascendiendo.
Visualice:
Su cuerpo esbelto, de largos brazos y extensas piernas, elástico, infinito y perfecto para la danza. Y súmenle un rostro ideado para el flamenco.
Apunte:
Ese bailaor hace los mejores giros del jondo actual. Baila al milímetro, conoce la velocidad pero goza la pausa, y mueve los brazos mejor que el resto de los varones con los que comparte profesión.
Escuche:
La historia que cuenta es la de un varón rodeado de mujeres, mujeres a las que ama y a las que suma a su lucha, que es la vida, de guerrero.
Anote:
El flamenco con el que se cuenta esta historia no es del todo contemporáneo, ni tampoco inamovible, está lleno de referencias y tiene un aire que no tardará en ser sello.
Sueñe:
Que tres mujeres hermosas con voces desgarradoras le cantan al hombre bello y todas son amante, madre y hermana al mismo tiempo.
Fabule:
Que él se prende de sus vientres, de sus pechos, de sus caras y las cubre con su cuerpo y con su sombra. Y que lo hace igual de bien por malagueñas, por fandango, por verdial o por polo.
Llore:
Al ver a una de ellas, Sandra Zarzana, cantarle al hombre-niño una nana mientras él crea verdades con sus dedos y sus manos. Lo hace bailando despacio, líricamente, mientras ambos tensan una cuerda que los une por el vientre y es del color de la sangre.
Tema:
El momento en que aparece May Fernández, rompe la cuerda y el niño se vuelve hombre al son de una bulería por soleá cantada y bailada de tal manera, que le trastocará a usted el ombligo.
Tirite:
Cuando vea a Anabel Rivera cantarle al hombre. Por tangos o por zambra y por lo que haga falta. Tiriten cuando la oigan, junto a sus compañeras, cantar por alegrías o recordar los cuplés de Adela la Chaqueta mientras el hombre abandona la danza y se pone muy pero que muy flamenco. Tiriten con Anabel, tiriten que lo merece.
Desee:
Que a Eduardo no le falten escenarios y pueda desarrollar su idea del flamenco, ni danzístico del todo, ni en medio de nada. Deséelo porque su trabajo es exigente. Deséelo porque puede hacerlo mejor. Y decir mejor es decir gloria, porque lo que presenta en “Guerrero” es una magnífica creación.
Recuerde:
Ir a ver “Guerrero” a poco que puedan.
Y no tema si al acabar, nota una inquietud en el pecho: no es más que su corazón aprendiendo otro lenguaje.