'Dulce Estrella' Estrella Morente & Dulce Pontes. Lorca Murcia

«Dulce Estrella»
Estrella Morente & Dulce Pontes


FESTIVAL ESPIRELIA, FORTALEZA DEL SOL
LORCA (MURCIA) VIERNES 18 DE MAYO DE 2.008

 


Texto y fotos: Rubén Gutierrez

Voces solistas: Dulce Ponte y Estrella Morente. Guitarra flamenca: Montoyita, Monti. Guitarra portuguesa: Felipe Lucas. Viola de Fado: Paulo Fettera. Guitarra electroacústica: Armindo Neves. Contrabajo: Josemi García. Corno Inglés: Oscar Viana. Coros y Palmas. Ángel Gabarre y Kiki Morente: Percusión: Popo Gabarre y Beto Betuk.

EL SON DE LA PIEL DE TORO

Ya dijo Estrabón que la Península Ibérica era como una piel de toro extendida, y quizás sea por el arte de la Tauromaquia por lo que más  se conoce la misma en el extranjero, con el permiso del fado y del flamenco que van consiguiendo cada vez más adeptos. De este modo, los matadores, forcados, rejoneadores, picadores o banderilleros ha dan paso a una legión de jóvenes fadistas y flamencos a los cuales se les puede ver lidiando por el ancho mundo.

El encuentro entre Estrella Morente y Dulce Pontes es casual, pero antes o después tenía que ocurrir. La cantaora granadina ha manifestado que gracias a su padre conoció a la cantante portuguesa, y hace un año se plantó en el Festival Flamenco de Lisboa y para cerrar su actuación interpretó “Canción de Mar”, un tema de Dulce, la cual se encontraba en el patio de butacas. La maquinaria de los productores y de las artistas comenzó a engrasarse, y como resultado  nos brindan este espectáculo que va a girar por España este verano y que tendrá su colofón en la próxima edición de la Bienal de Flamenco de Sevilla. Si todavía están interesados en asistir al mismo, apresúrense en conseguir las entradas, pues en palabras del tour manager quedan pocas.

No podemos hablar que “Dulce Estrella” sea un espectáculo donde se fusionen fado y flamenco, sino un encuentro entre dos grandes cantantes, que gracias a sus virtudes, saben fundirse la una con al otra y así Estrella se mete en la piel de nuestros vecinos y se anima a cantar en portugués, y Dulce le echa los arrestos necesarios para exhalar su quejío en español. Comenzó toda la banda con una nana, antesala de la gran noche de la que iba a disfrutar el público lorquino. Esas melodías, junto a la luna llena, los aromas de la lavanda, y la despejada noche estrellada, hacían de la elevada Fortaleza del Sol uno de los mejores enclaves para poder disfrutar de un concierto, desde donde podíamos contemplar gran parte de la huerta murciana. El ambiente empezaría a caldearse con los pregones que interpretarían a dúo a continuación. Ya estuviéramos en la Plaza Nueva granaína, o la del Comercio lisboeta, los idiomas se entremezclaban para vender el arte que atesoran ambas bajo el marchamo de los ritmos afrocaribeños que tanto han influido en estas dos culturas de  nuestra península.

Una delgada e imaginaria línea separa España y Portugal, peor pienso que esa separación es aún mayor, pues no conocemos tanto de nuestros medianeros, como deberíamos. Prueba de ello será el tema “Milho Verde” donde se aprecia el ritmo ternario característico del fandango y de la jota que dará paso a una sentida interpretación de “Los cuatro muleros”, donde ambas intercambiaron bailes y letras.. La huella de Enrique padre también se hará notar a lo largo de la noche con diversas composiciones marca de la casa Morente, para de este modo quedarse Estrella sola en el escenario junto a los músicos flamencos  y ofrecer un mini recital donde cantó por alegrías, bulería por soleá, tarantas y mineras que arrancaron grandes olés entre la afición murciana, y sus famosos tangos del Cerro. Llegaría después el turno de Dulce Pontes que también interpretó una serie de fados con aromas de Amalia Rodrigues. Estos temas, cargados con tanta pena como la de una seguiriya, ponen de manifiesto el mismo origen de ambos géneros musicales, junto a la música rebetika griega, que surgieron como canción protesta y de denuncia social en los ambientes urbanos de las grandes ciudades de esos países a principios del siglo XX.

Las escenas de recogimiento dieron lugar a una auténtica fiesta. Principiando por  tango argentinos para rematarlos con “Volver”. Luego los instrumentos de cuerda portugueses se convirtieron por mor del duende flamenco en una orquesta de pulso y púa del Albaycín para dejarnos una  exquisita interpretación de tangos sacromontianos, e incluso Dulce los cierra con los tangos del Perol. Como guinda de estas cerca de dos horas de producción, el escenario se tiñió del blanco de las vestimentas de  los músicos, para dejarnos un pacífico mensajes y recordarnos los buenos momentos que estuvimos pasando para dar “Gracias al vida”, que popularizara Joan Baez. Los cuatro mil espectadores que llenaron el recito no salieron defraudados, y así mismo se convirtieron en protagonistas del fin  de fiesta, pues con sus palmas, puestos en pie,  acompañaron a los artistas hasta el final del concierto.


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