DUENDE – Ciclo «Lorca y Granada» en Jardines del Generalife

Duende - Generalife

Duende - Generalife

Texto: Antonio Conde
Fotos & video: Rafael Manjavacas

Lorca & Granada. Jardines del Generalife. DUENDE, Lorca, Falla & Morente. Estreno 23 de julio 2013. Granada.

Posiblemente haya sido este uno de los mejores espectáculos lorquianos de los últimos años, al menos que yo haya visto, aunque habrá que matizar.

'Duende' es el resumen de tres universos paralelos que confluyen en el flamenco y en el tiempo. Una cronología de cien años en los que el 'duende' ha estado presente. Si en el concurso de cante jondo del '22 estuvieron los duendes de Chacón y Manuel Torre o la genialidad de Falla y Lorca, en el presente está el duende morentiano paseando por el Generalife

 

He criticado hasta la saciedad el tratamiento que durante tantos años y en ocasiones se le ha dado a Lorca y el flamenco. Abusar de ambos puede cansar. Pero si lo tratas con conocimiento, con respeto con esmero y admiración, el resultado es loable.

Cuando las coreografías de un espectáculo están al nivel de artistas de la talla de La Moneta o de Manuel Liñán (Reciente Premio Max) todo es posible. 

Mirar este espectáculo a través de una mirilla para separar las coreografías grupales y en solitario sería lo más acertado, pues tanto Falla, como Lorca y Morente estuvieron allí y lo mejor de un espectáculo es que el público sepa 'leer' a través del baile flamenco el mensaje que se quiere transmitir. 

Lleno absoluto al que tuvieron leyendo toda la noche aunque si se lee demasiado la vista se cansa. De los tres universos paralelos de los que hablaba, estos se resumen en primera instancia en un universo lorquiano representado en el cuerpo de baile, que nos trasladó al primer tercio del siglo XX; a los cafés cantantes cuando Jaime 'El Parrón' hizo soleá apolá de antología, con un metal de voz quebrado, roto por el tiempo, por el aguardiente, que sonaba a pureza, a viejo, a antiguo. Los ecos albaicineros y las reminiscencias a fandangos de la tierra hicieron bailar a las féminas. La raíz folclórica apareció. 

Y Morente pedía paso. Por tangos, con letras lorquianas. Ya les digo yo que Morente ha sido quién mejor ha sabido llevar a Lorca al cante. Tangos, bulerías y la compañía deja sólo a Manuel Líñan. 

La primera mitad de la noche no cesó en danzas y bailes donde se lució el cuerpo de baile y en el que se mostraron los orígenes de los bailes autóctonos bajo la atenta mirada de una luna que se colaba entre los cipreses. Digo esto para que el lector entienda que de escenografía apenas hubo nada salvo la inspiración plástica de Manuel Ribera. Las luces durante la velada hicieron de trastienda, de escenografía. Se encargaron de aportar dramatismo cuando era necesario y de acompañar a elenco, aunque, todo sea dicho, fue en este aspecto donde la obra flojeó.

Del recitado con voz en off de Miguel Ríos glosando el texto 'la guitarra' a Falla.

El interludio dejó al maestro gaditano como protagonista con su 'amor brujo'. Al rojo vivo (juego de luces) los mantones dibujaron lo clásico y lo hicieron flamenco. Acierto pleno de la coreografía de La Moneta en este pequeño pasaje de la obra.

Y para terminar con los universos paralelos, las soledades de los actores principales. Desde Javier Latorre por taranto, (con la voz telúrica de Miguel Lavi) quién ha cogido el gusto de nuevo por los escenarios (su baile, su verticalidad son envidiables y posee sello inigualable sin parangón) hasta Liñán por seguiriyas. Tan joven y 'diciendo tanto' con su baile. Apreciamos algunos sesgos de la seguiriya de su 'Trisquel flamenco' aunque las aportaciones nuevas adornaron y llenaron un escenario que se le quedaba pequeño a pesar de ser inmenso. En la linea de continuación del baile en solitario apareció La Moneta. Ya hemos dicho en alguna ocasión que posee un lenguaje flamenco en su baile difícil de superar. Pero verla bailar por soleá con la tragedia de la seguiriya, ¿quién lo hace hoy en día? Una dos como mucho. 

Antes de finalizar volvimos a ver al grupo coreografiando la 'Salve gitana', los tangos del camino y tanguillos (a todas luces prescindibles) o el pregón de las flores hasta la despedida final de Liñán y Moneta

De sobresaliente la música original de Luis Mariano en toda la obra y que acompañaron Rafael Habichuela y el joven Álvaro Pérez 'El Martinete' a quién no hay que perder de vista pues está en el camino de alzarse como uno de los futuros referentes del toque granadino. 

Y mención de honor al magnífico cuerpo de baile en las figuras femeninas de Lucía Guarnido, Anabel Moreno, Eva Esquivel, Ana Latorre, Águeda G. Saavedra, Irene la Serranilla y a los bailaores Edu Leal, Adrián Santana, Raimundo Benítez, Fernando Jiménez, Hugo López y Antonio López

Conocedores de que asistimos al estreno aún queda todo el verano de representaciones, y entendemos que la obra está en rodaje y se perdona la afonía de Juan Ángel Tirado o descoordinaciones entre cantaores. ¡Qué difícil tiene que ser 'cantar por Morente'! 

Cuando terminó la obra hubo un acuerdo común entre los aficionados a la salida: demasiado tiempos seguidos para coreografías grupales y en solitario por separado. Aficionados se preguntaban- ¿Hubiera sido mejor intercalar el grupo y el baile solitario?- 

De cualquier forma, el que quiera resolver esa duda, que vaya y lo vea.


Duende – Generalife

 

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