Diego Amador, piano flamenco. Teatro Lope de Vega – Sevilla

Texto: Gonzalo Montaño Peña

Resumen: Diego Amador, piano flamenco. Teatro Lope de Vega – Sevilla

Diego Amador
Teatro Lope de Vega – Sevilla
21 de Diciembre de 2011

Ficha artística: Piano y voz: Diego Amador; Bajo: Julián Heredia; Batería: Israel Varela; Percusión: Diego Amador Jr; Invitados: Jorge Pardo, Raimundo Amador y Carlos Bermudo.

El pianista y multi instrumentista Diego Amador es uno de los más talentosos músicos del panorama flamenco. Pertenece a una de las familias más prolíficas del flamenco. Sus discos tienen la fuerza de la raza, el virtuosismo de lo innato. En directo suele crear un clima entre lo flamenco y lo Jazz que te eleva del asiento, atmósferas de gran tensión sonora con la batería muy presente a modo de Be-Bop gitano.

Su voz, de puro mimbre canastero, abrió el recital con el “Romance del Amargo”, dando a entender la importancia que para él tiene el legado de camarón. Este tributo que Diego hace  a la música de Camarón no se limita a la voz, también los motivos que usa para crear algunas de sus melodías suenan la etapa camaronera y post camaronera, este es para mí el hándicap de este músico: que por momentos puede llegar a sonar a algo ya repetido.

En las más de dos horas de recital dejó momentos de gran belleza en la Soleá, en la pequeña Rondeña que interpretó, en las vertiginosas Bulerías de endiablado compás, en el disfrute de oírlo acompañar con el piano. En la Cartagenera en la que su voz mostró los bonitos graves que posee y que suenan a su familia, fue este uno de los momentos mejores de la velada.

Hubo partes  álgidas, en los momentos de clímax sonoro  que este pianista sabe crear y en los que la batería de Israel Varela tiene la virtud de situarse en un primer plano sonoro, lo que imprime más fuerza rítmica al grupo. Es aquí cuando sube la tensión sonora del grupo y todos estiran los tiempos y la armonía al máximo, las improvisaciones se suceden y los músicos se sienten a gusto generando una energía que se contagia al público.

Sin embargo, también me encontré con momentos de relleno como la Soléa que cantó Jorge Pardo a la flauta travesera, incluso el Blues que compartió con su hermano Raimundo, no lo pude encuadrar demasiado bien dentro del recital aunque fue un momento emotivo.

En general fue un buen concierto que adelanta su próximo trabajo discográfico “Black and Gypsy” en el que espero que se acuerde mucho de lo Black y mucho de lo Gypsy y menos de las medias tintas.

 


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