Texto: José L. Ramos Romero
Gran Gala Final de la LIX edición del Festival Internacional del Cante de las Minas de La Unión 2019
Ganadores del Concurso Internacional del Cante de las Minas 2019
Las expectativas eran muy altas. Los comentarios y chamullos llenaban las terrazas de los chiringos de la Avenida del Flamenco en la espera de esos dos duelos interpretativos entre los aspirantes a la Lámpara y el Desplante Femenino. Por un lado, el lirismo vocal de Perrete frente al cante sangrante del Mati; por el otro, la rabia contenida de Olga y la pasión desmedida de Paula. Y luego lo otro, lo demás.
Así, el aspirante al Filón Minero, el marimbista Alejandro Solano -que abrió la Final- echó el resto, junto a su numeroso grupo, en las interpretaciones del Taranto, Seguiriya y Bulerías. Pese al embrollo de su propuesta por la cantidad de cacharros que emplea en el desarrollo de los cantes, el resultado obtenido es de gran belleza. Por la otra parte, el otro concursante en liza al Filón, el saxofonista José Javier Pérez «Javi Forner» realizó una Final maravillosa también con los mismos cantes que interpretara en la semifinal, a saber, Rondeña, Tangos y Bulerías. Un grupo engrasado el que maneja el valenciano en esa cadencia de flamenco-jazz que demuestra mucha sapiencia en el quehacer de los cantes… Pero solo puede haber un ganador.
No ocurrió lo mismo con el Bordón Minero pues solo había un finalista. El granaíno José Fermín Fernández estuvo soberbio en el Taranto y en la Bulería con un manejo muy cuidado de las notas y trémolos, alcanzando unos mordientes y ligados que levantaron olés entre el respetable. Tuvo un pequeño incidente en la interpretación de su segunda pieza, la Bulería, pues una de las cuerdas se le escapó de la cejuela, problemilla que resolvió de inmediato atacando de nuevo las cuerdas de su sonanta aun con más rabia y coraje. El público agradeció el pundonor y la honestidad del guitarrista con aplausos y olés.
La burgalesa Loreto Arnáiz Palacios «Loreto de Diego» fue seleccionada por sus cantes de Malagueña, Verdiales, Soleá y Tangos, cuatro de los siete cantes que presentara a concurso. Acompañada por el toque de Rosendo Fernández, guitarrista oficial del Festival, se lució en todas y cada una de sus intervenciones, pues es su cante arriesgado, desafiante, que alcanza niveles de gran belleza gracias a ese timbre estirado que maneja arriba del todo gracias a su voz educada. Fue despedida con aplausos y vítores.
Pero el turrón se partía entre esas dos parejas singulares: los cantaores y las bailaoras en competición.
El primero que subió a las tablas fue Francisco Escudero Márquez «el Perrete”. A su vera, el guitarrista oficial del Festival Rosendo Fernández. Comenzó por Mineras, desplegando una vez más ese chorro de voz con cadencia y respiración, ligando tercios en ese tono meloso que nos recuerda esa otra manera de entonar, más de brillo y matices en el manejo de los tonos complejos del cante minero. La Malagueña la bordó; la Taranta, de rechupete; los Fandangos Abandoleaos suenan a gloria en el eco del recuerdo a Pérez de Guzmán. Bellísimos. Termina su actuación con Levantica, y de nuevo la cadencia de su melisma marcando diferencias. Los aplausos, vítores y olés retumban en el Antiguo Mercado para despedir a la pareja… Pero solo puede haber un ganador.
La primera bailaora en subir al escenario es Olga Aznar García “Olga Llorente”, esa belleza morena que nos embrujara en la semifinal del jueves. Y ya la primera sorpresa, pues elige Caracoles como su primer baile, un cante que no hiciera en su anterior actuación. Sentada en silla de anea, la bailaora, cubierta de mantón, ejecuta su baile ante los ojos del público asistente deslumbrados ante su Arte. Cómo se mueve esta señora; cómo usa todos los recursos inimaginables en el manejo del mantón. Qué graciosa está, y qué bien le sigue su cuadro. Espectacular. En su segundo cante, el Taranto, Olga repite la interpretación que la ha llevado a esta Final. Así nos atrapa de nuevo en su ir y venir, en sus desplantes y figuras, cadera, manos y pies que cobran vida propia. Un espectáculo el recital de la catalana. El público enloquece con la bailaora… Pero solo puede haber una ganadora.
Turno ahora para Paula Comitré Juez. Comienza por Taranto. Ya, desde el primer zapateao, lo tenemos claro. Y así es, pues la furia de la sevillana arrasa con todo a su paso. Y para arriba y para abajo, y cintura quebrada, y manos y pies, y el manejo de la cola… El Mercado aplaude y jalea a la bailaora. En su segundo cante, Paula se viste de flamenca para bailar Alegrías, otro cante distinto a las Guajiras que nos regaló el viernes. Y de nuevo nos deja boquiabiertos con su baile. Aparece sentada en silla de anea a echar el resto tocada de mantón. Qué espectáculo disfrutar con la vista que nos mantiene ensimismados contemplándola; qué sabiduría en sus tiempos; cómo resuelve con el mantón, parte misma de ese cuerpo que maneja con soltura y compás. Fue despedida por público tan sabio en pie regalándole aplausos y olés más que merecidos… Pero solo puede haber una ganadora.
Turno para el cantaor barcelonés Matías López Expósito «el Mati”. Y a su vera, David Caro al toque. Comenzó por Mineras, dejando claro el poderío de su cante una vez más. Siguió por Tientos, libre, suelto en las subidas y bajadas de esa voz rasgada que eleva y modula en las alturas, y David luciendo dedos y falsetas sin despeinarse. Luego el Taranto, arriba, al 6º, y más de lo mismo, pundonor y honestidad en el cante minero. En la Taranta, erre que erre, y David luciéndose. Para concluir su actuación repitió por Seguiriyas. Y aquí fue el acabose: el Mercado en pie aplaudiendo y vitoreando la interpretación sangrante del barcelonés. La cosa comienza a escorarse a un lado… Pero solo podía haber un ganador.
Ya conocéis los Premios. Cualquiera de ellos o de ellas se podría haber alzado con el triunfo pues el nivel que exhibieron en sus actuaciones fue espectacular… Pero solo podía haber un ganador y una ganadora.
El público estuvo encantado disfrutando de esta noche mágica de cante, toque y baile, una noche que muchos recordaremos por el entusiasmo vivido en la Catedral del Cante, tanto por los concursantes como por público tan sabio que, de nuevo, volvió a demostrar su conocimiento de los sacros santos cantes de Levante.
Enhorabuena a los premiados. Y especial mención a Loreto de Diego que esta vez se quedó sin premio después de actuación tan señalada. Otro año será. También un detalle de asombro ante la ausencia en estas semifinales del guitarrista oficial del concurso (Bordón Minero 1989) Antonio Muñoz Fernández, un desatino que esperemos no se vuelva a repetir.
Aquí os esperamos el año que viene –si no pasa más ná- en la 60ª edición del festival de cante flamenco más importante del mundo.
Fotos & videos: @Manjavacas.flamenco
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