Texto: Sara Arguijo
Fotos: Adam Newby
Dani de Morón pone música a la película «Un perro andaluz» de Luis Buñuel en el Festival de la Guitarra de Sevilla.
Ficha. Guitarra Flamenca: Dani de Morón Palmas: Antonio & Manuel Montes Saavedra ‘Los Mellis’ Idea original y Puesta en escena: Royds Fuentes-Imbert Dirección del Festival: Francisco Bernier Ciclo: ‘Cine para Guitarra’. Festival de la Guitarra de Sevilla Cinta: ‘Un Perro andaluz’, de Luis Buñuel Lugar: Sala Joaquín Turina Fecha: Miércoles 21 de Octubre Aforo: Casi lleno
DANI DE MORÓN EN PEDAZOS
Quiso la casualidad que la propuesta que Dani de Morón ofreció ayer miércoles dentro del ciclo ‘Cine para guitarra’ del Festival de la Guitarra de Sevilla se produjera en el día del futuro, que anunciaba la mítica película de Robert Zemeckis. Un 21 de octubre de 2015 en el que sin aeropatines pudimos volar para adentrarnos en el universo onírico que dejó para la posteridad Luis Buñuel en ‘Un perro andaluz’. Es decir, la labor del moronense era la de ponerle música –“que no banda sonora”, aclaró- a este poema visual de 1929 que es, sin duda, una de las cintas claves del surrealismo. Veintiún minutos -de nuevo el número- en los que el genio rompe con cualquier tipo de esquema narrativo establecido para centrarse en las obsesiones y delirios (que comparte en el guión con Salvador Dalí) y que ahora pudimos recuperar desde las angustias del guitarrista en una -otra vez- viaje en el tiempo.
Así, el músico indagó y rebuscó por no se sabe qué acordes de tango argentino, farruca y malagueña partiendo el compás y descomponiéndolo en pedazos, como hace el cineasta con la historia en el filme. Un “experimento” en el que Dani jugó con los acentos y los silencios para hacernos sentir aún más angustia si cabe. Vimos entonces la navaja que secciona el ojo con una luna más llena, más temor en el atropello de la carretera; más suciedad en el hombre que acaricia frenéticamente los pechos de la protagonista; más sentido en las hormigas que brotan de una mano; más melancolía…
Después, el fin del corto de Buñuel y el comienzo de Dani. El guitarrista aprovechó entonces para dar rienda suelta a su repertorio más reciente y, con un como siempre excelente acompañamiento de Los Mellis al compás, fue desplegando su sueño propio. El tocaor buscó incesantemente y jugó a construir y deconstruir armonías nuevas haciendo que en ocasiones pareciera que se quedaba pequeño el mástil. Es evidente que la sonanta de este Giraldillo al Toque en la Bienal 2012 lo mismo araña y duele que invita al espectador a cerrar los ojos y encontrar la paz porque en Dani está el flamenco y también los caminos que éste abarca.