Texto: Estela Zatania
Fotos: Antonio Acedo
KARIME AMAYA & JESÚS CARMONA & PALOMA FANTOVA
CUERPO, MENTE, ALMA
Teatro Lope de Vega. 26 sept 2014. Bienal de Flamenco.
Especial XVIII Bienal de Flamenco de Sevilla – Toda la información
Baile joven a caballo entre la tradición y la vanguardia
Baile: Jesús Carmona, Karime Amaya, Paloma Fantova. Guitarra: Carlos de Jacoba, Jony Jiménez. Cante: David de Jacoba, Esaú Quirós, Miguel de la Tolea. Percusión: Lucky Losada. Violín: Thomas Poitiron. Coreografía y dirección escénica: Jesús Carmona. Música: Lucky Losada.
La jornada del viernes, en la Bienal de Sevilla, mientras Estrella Morente repetía su actuación del día anterior en el Teatro de la Maestranza, un trío de jóvenes bailaores ofrecieron su concepto del baile flamenco, una acertada mezcla de tradición y contemporaneidad.
Karime Amaya, sobrina nieta de Carmen: no sé si en el genotipo humano existe la clave del «ange», pero seguro que contar con tan ilustre familiar le inspira a la bailaora a dar lo mejor de sí, en una línea similar a la de aquélla. Después de un baile de presentación, la que fuera capaz de salir airosa al hacer de pareja del galáctico Farruquito, bailó una larguísima soleá, terminando con la repentina aceleración que tanto nos recuerda a su tía Carmen.
Un intervalo de cante minero mantenía el interés gracias a las buenas voces de David de Jacoba, Esaú Quirós y Miguel de la Tolea, y después de una breve transición con los tres bailaores, Jesús Carmona coloca mesita y sillas para compás a nudillos que conduce sin costura a su baile por cantiñas. El bailaor tiene ideas y movimientos originales, y tiene personalidad. Jesús también firma la dirección escénica, que ha sido admirable, con transiciones naturales y una cuidada iluminación atribuida a David Pérez.
Un brillante dúo de guitarras de Carlos de Jacoba y Jony Jiménez, rinde homenaje a Paco de Lucía. También notable fue la bella música de violín que aportó Thomas Poitiron.
La gaditana Paloma Fantova causó furor con su inspirado baile por siguiriyas. Felina e intensa, con una mirada penetrante y aspecto de poseída, entusiasmó al público del Lope de Vega.
Un breve final por bulerías redondeó esta digno y discretamente original trabajo.
