Programa: Lorca y Granada en los Jardines
del Generalife.
Dirección escénica: José Carlos Plaza.
Música: José Luis Rodríguez.
Lugar: Jardines del Generalife. Lleno total.
La bailaora y coreógrafa sevillana Cristina Hoyos
con su montaje de «Yerma» ha dado una lección
sobre como se puede presentar una obra flamenca moderna sobre
las viejas raíces del arte jondo y con la base de una
obra clásica. En ningún momento del desarrollo
del espectáculo se pierde, ni en la música,
ni en la danza la cadencia andaluza que nutre el arte gitano
andaluz, ni se hacen concesiones musicales, ni siquiera al
folclore.
«Hay que conservar
las raíces del flamenco, pero
con una evolución lógica para tratar de engrandecerlo»
Como sostuvo la artista en una reciente entrevista con el
periodista Gabriel Pozo de «Ideal»: «hay
que conservar las raíces del flamenco pero con una
evolución lógica para tratar de engrandecerlo.
'Yerma' es un montaje que tiene frescura, algo nuevo dentro
de que el flamenco es uno, con su desarrollo natural».
En el marco del espectáculo de 80 minutos de duración
tanto las primeras figuras como Susana Casas y «El Junco»,
como el resto de la compañía, bailan con flamencura
y con un gran dominio de la técnica jonda, aportándole
una gran dosis de expresividad y sentimiento, pero cuando
se hace el silencio y Cristina Hoyos -representando a la «Vieja
Pagana»- comienza a bailar por soleares o por siguiriyas,
se crea una nueva dimensión del baile flamenco. Sin
saltos, sin zapateados trepidantes, sin desplantes efectistas,
va construyendo con los movimientos de sus brazos y manos,
y con todo el cuerpo, la coreografía de la esencia
flamenca, de la jondura de la que hablaba García Lorca,
del fuego que nace y se apaga, del vuelo de los pájaros
que se pierden en el infinito del espacio, en definitiva Cristina
Hoyos es capaz desde su condición de bailaora de crear
nuevas dimensiones del tiempo y del «tempo» en el
arte flamenco.
La coreografía
de la esencia flamenca,
de la jondura de la que hablaba García Lorca.
No casualmente de ella se ha dicho: «cuando engarza
sus dedos en el aire atrapando un rayo de luz, cuando una
corriente invisible recorre su cuerpo desde su cabellera rebelde
hasta el tacón afilado, cuando sus ojos se convierten
en diamantes oscuros que la danza parece cargar de cólera,
todos nos quedamos en silencio con el aliento contenido y
el corazón en suspenso esperando el instante siguiente.
Entonces nos libera con un paso de baile, con un taconeo,
con una cintura, una cadera, unos brazos de mujer que hacen
arte al moverse, casi sin querer».
Cristina Hoyos
Es la bailaora que más
premios y galardones ha
obtenido tanto en España como en el extranjero
También es de destacar en el conjunto del ballet la
construcción coreográfica de tangos y tanguillos
y el estudiado fin de fiesta que regala toda la compañía,
sin un ápice de chabacanería y con mucho señorío
y arte.
Cristina Hoyos se formó en su ciudad natal educada
en la escena por la mano de los maestros Adelita Domingo y
Realito, y ya en la adolescencia, además de bailar
realizaba coreografías. Fue pareja artística
de Antonio Gades en su ballet, y se dice que es de este artista
de quien más ha aprendido. Ha realizado innumerables
montajes escénicos entre los que destacan: «Sueños
Flamencos» (1990), «Caminos Andaluces» (1994),
«Al Compás del Tiempo» (1999) y «Tierra
Adentro» (2002), entre otros. Ha participado en una decena
de películas y series para TV, entre ellas «Despacito
y a compás» rodada en 2002 donde protagoniza su
propia biografía.
También es la bailaora que más premios y galardones
ha obtenido tanto en España como en el extranjero entre
los que sobresalen el Premio Nacional de Danza que le otorgó
el Ministerio de Cultura español en 1991, y el premio
al mejor cuerpo de baile de la Bienal de Flamenco en Sevilla
en 2002.