El más destacado festival de baile flamenco
de España inauguró su séptima edición
jueves en el Teatro Villamarta con la actuación de la bailaora
Cristina Hoyos y su obra estrenada el año pasado, 'Tierra
adentro', situada en el ambiente de un pueblo minero. La música
sobre la que se desarrollan los bailes y los cantes es obra de José
Luis Rodríguez y lógicamente dominan los estilos mineros-levantinos.
En las butaca figuras del baile flamenco como Manolete, Antonio
el Pipa, Manuel Marín, Matilde Coral o Javier Latorre disfrutaban
de la representación. Si como flamenco queda algo corto,
como teatro es un producto bien logrado que fue muy bien recibido
por el público. Aparte de las figuras de la misma Cristina,
y el guitarrista José Luis Rodríguez, es destacable
la actuación del bailaor el Junco que lleva varios años
con la Hoyos. Hay casi tanta interpretación como baile, y
la incorporación de efectos de sonido, trozos filmados, una
iluminación dramática y bien lograda y demás
artimañas teatrales suma a una experiencia teatral por excelencia.
En el cante son dignos de mención los tangos, basados en
estilos granadinos, extremeños y de la Repompa que demasiado
poco se escuchan hoy en día, además de unas levanticas.
Un baile estilizado al ritmo de siguiriyas a cargo del contingente
femenino incorporó, de manera magistral, el uso de castañuelas,
complemento del cual si antes se abusaba, actualmente se ignora
excesivamente.
Justamente cuando el ambiente pesado de las minas y los cantes
mineros empieza a cansar, llega el fin de fiesta por bulerías
(después de todo es un espectáculo de flamenco) iniciado
por Cristina y desarrollado largamente por los demás miembros
de la compañía con más o con menos habilidad.
La fiesta queda bruscamente apagada por el sonido de unos temblores
estruendosos que recuerdan las minas, la montaña y la vida
dura del minero. En el saludo final el grupo de más de veinte
componentes aprovechó para sacar una enorme bandera que proclamada
«La cultura contra la guerra», gesto que les valió
la ovación más efusiva de la noche.
A la medianoche la cantaora catalana Mayte Martín ofreció
su cara polifacética en las bodegas de González Byass,
con un recital de boleros dentro del apartado Café Cantante
que forma parte del festival, copa de Tío Pepe incluida.
Con el piano de José Reinoso, el contrabajo de Horacio Fumero,
el violín de Olvido Lanza y percusión de Pere Gómez,
la cantaora ofreció unos boleros para el deleite de un público
mayoritariamente extranjero mientras que una servidora meditaba
sobre la ironía de venir a un festival de baile flamenco
en Jerez para escuchar a una catalana cantar boleros.