XXIII FESTIVAL DE JEREZ
Compañía Concha Jareño
“Recital Flamenco”
Lunes, 25 de febrero, 2019. 2100h. Teatro Villamarta.
Estela Zatania
Baile, dirección artística, coreografía y repertorio: Concha Jareño. Cante: Manuel Gago, David Sánchez “El Galli”. Guitarra: Canito (colaboración especial). Percusión: Bandolero. Palmas: José Manuel “El Oruco” (video)
Hace cuatro años, la bailaora madrileña Concha Jareño vino al Festival de Jerez con casi la misma plantilla, pero un concepto radicalmente diferente. En aquella ocasión la obra llevaba un libreto complicado, muchos accesorios, y algún que otro cante en vías de extinción. Expresé en la crítica el deseo de que los intérpretes sólo bailaran y cantaran sin tanto bagaje intelectual.
Anoche volvió la bailaora al Teatro Villamarta con un nuevo trabajo con el escueto título “Recital Flamenco”, dos palabras y toda una declaración de intenciones que parece responder a aquel deseo. En la presentación el día anterior Jareño afirmó que los bailaores actuales “explicamos situaciones, experiencias y nos olvidamos simplemente de bailar”. Gracias al talento, inteligencia y buen gusto de Concha Jareño, la “novedad” de bailar flamenco sin conceptualidad ni narrativas funcionó plenamente. Aunque los primeros aplausos eran, digamos, educados, los artistas, todos grandes profesionales, se ganaron al público que al final ofreció una larga y emocionada ovación.
Abriendo con tangos de Granada, qué bien captó la bailaora ese sabor peculiar con la ayuda de su fiel atrás: Canito a la guitarra, Manuel Gago y David Sánchez “El Galli” al cante, Bandolero a la percusión y El Oruco a las palmás. Luego, una bellísima guajira, llena de matices a la antigua, y bulería por soleá estilizada.
Y esa malagueña de cante… Hace tropecientos años que no se actualiza este toque de acompañamiento. Canito, de pie con su guitarra, aporta sonidos novedosos y perfectamente compatibles que aportan frescura al cante.
Cuando aparece Concha vestida de rojo vivo, hay un emocionado “aaahh” colectivo del público, y quiero pensar que es señal de que hay hambre visual de color en las obras actuales. Y ese entusiasmo es pagado por Jareño con su baile por bulerías, sabiendo conjugar el estudio de ensayo con el patio de vecinos.
Siguiriyas de los cantaores a compás veloz nos conduce a la apoteósica soleá en la que Concha Jareño maneja el mantón cual flamencosaurus rex y ofrece un baile tan denso que es masticable. Con sutileza, drama y aplomo, esta gran bailaora demuestra que el flamenco clásico es una criatura que nace de nuevo cada vez que es interpretado con maestría, entrega y conocimientos.