Compañía de Antonio El Pipa 'De la tierra' en el VII Festival de Jerez 2003

 


Compañía de Antonio el Pipa
'De la tierra'

5
de marzo. – Teatro Villamarta.

Especial VII Festival de Jerez 2003

Baile: Antonio el Pipa
Cante: Juan Moneo 'El Torta', Fernando Terremoto, Juana la
del Pipa, José Valencia, Manuel Tañé
Guitarra: Pascual de Lorca, Juan Moneo

El miércoles ha sido día tranquilito
en el Festival de Jerez – no hubo actuación en el Museo Taurino
ni actividades programadas para después de la función
de la compañía de Antonio el Pipa en el Teatro Villamarta.

Profeta en su tierra, el Pipa llena el Villamarta cada vez que
es anunciado y goza de un especial estado de gracia. Quizás
por eso el artista haya flaqueado con esta 'obra', que de obra no
tiene nada excepto un título poético. Del cante ningún
aficionado pudo quejarse: además de las figuras Juan Moneo
'El Torta' y Fernando Terremoto, estaba el joven maestro José
Valencia que cada vez impresiona más, Manuel Tañé
y cómo no, Juana la del Pipa, todo un cartel cantaor de lujo.

En
el baile estuvo el Pipa solito, e independientemente de la innegable
calidad del artista, quedó francamente pobre. De hecho, la
impresión global fue la de estar presenciando un festival
de cante con pinceladas de baile. El bailaor empezó por siguiriyas
con el cante en las muy buenas manos de Fernando Terremoto que se
muestra cada día más inspirado y confiado. Del Pipa
poco se puede descubrir a estas alturas. Su baile es rigurosamente
tradicional con una fuerte influencia de Antonio Ruiz Soler 'el
bailarín'. Quizás recuerde a éste excesivamente
con su constante encoger de hombros que llega a molestar la vista.
Pero sus incondicionales dirían, y con cierta medida de la
razón, que es un detalle estilístico insignificante
que no disminuye la imponente calidad del artista. De hecho el público
le pertenece – Jerez adora a los suyos. Los elegantes pellizcos
y recogidas del bailaor son muy repe, pero no dejan de fascinar.
Antonio el Pipa tiene la postura y andares orgullosos de un pura
sangre, una mirada ligeramente irónica y por encima de todo, el
compás de la tierra que lo vio nacer.

Hubo una especie de mano a mano de soleá por bulería
a cargo de los cantaores jóvenes, destacándose el
lebrijano José Valencia. Con su flamenquísima voz,
manera de ligar los cantes y compás rotundo es uno de los
más solicitados para acompañar el baile hoy en día.
Aparece el Torta para respaldar las alegrías bailadas. Da
las buenas noches al público como si de una peña flamenca
se tratara….y casi casi el ambiente es así de íntimo
debido al gran cariño del que goza el cantaor en su tierra
natal. Canta por bulerías cortas chorreando sabor – una delicia
para los buleriadictos que aquí abundan y con los cuales
se identifica plenamente la corresponsala. También fue un
momento cumbre, quizás el mejor de la noche, cuando el Torta
caminaba hacia delante y se bajaba el telón detrás
dejándolo 'atrapado' en el estrecho pasillo al borde del
escenario. En este espacio austero que exageraba el ambiente de
'solo ante el peligro', el Torta, de pie, se volcó con toda
su sabiduría heredada y sinceridad por martinete, tonás
y debla. Otro solo de cante corría al cargo de Fernando Terremoto
– malagueñas y fandangos – en esta noche en la que el cante
robó protagonismo al baile.

Era la hora del fin de fiesta que fue desarrollado de manera ordenada
y algo estirada con sendas pataítas de todos los artistas.
Imperdonable fue la presentación de un niño que se
esforzaba para cantar en un tono inexplicable y terriblemente bajo
para sus cuerdas infantiles. Tampoco bailó muy entusiasmado,
pero hizo feliz a sus mayores cumpliendo con la dudosa tradición
de sacar a algún peque para demostrar que el flamenco está
en los genes. Más bien demostró lo contrario.

Estela
Zatania

 

Presentación
Antonio El Pipa «De la Tierra»

Espectáculo
Antonio el Pipa «De la Tierra»


 



Salir de la versión móvil