La siguiente generación de flamencos no solo se tiene que inventar el futuro, además tienen que imaginarse el pasado. En eso están Agustín Diassera y JuanFe Pérez.
Ya saben que si tienen una pared de tres metros limpia de libros y discos pueden colocar el poster que ha elaborado Faustino Núñez con la historia del flamenco, sus figuras, los hitos históricos y los cataclismos conceptuales provocados por artistas y teóricos.
Yo prefiero el futuro y estoy en la tarea de hacer un trabajo similar al de Faustino pero utilizando las fechas de Star Trek, la serie de televisión que comenzó su andadura entre los años 2151/2161 siendo Kirk el comandante de la nave y Spock el oficial científico con las orejas tiesas.
Para que no se pierdan ustedes/vosotros. Pongan en el papel del comandante Kirk a Paco de Lucía y en el de el lógico Spock (larga vida y prosperidad) a Enrique Morente. Después de varias temporadas y un montón de películas llegamos a la SIGUIENTE GENERACIÓN (Next Generation) en el que el comandante se llama Picard y el papel del oficial científico lo tiene un robot al que llaman Data y que trascurre entre los años 2364–2370.
Aquí que cada uno le ponga el careto preferido a cada protagonista, pueden inventarse un personaje con su sobrino, ese que lleva dos temporadas haciendo ruido con el ordenador y del que el abuelo asegura que tiene mucho futuro porque lo que se lleva es el flamenco-trap-galáctico. El papel del semi-dios-to-ca-pe-lo-tas se lo pueden adjudicar al Niño de Elche que aparece cada diez capítulos con la irritante tarea de provocar a la tripulación flamenca.
Para explicar el futuro del flamenco desde el año 2399 hasta acá necesitamos una herramienta como la mecánica cuántica (nivel youtube, explicado en diez minutos). Cuando este cronista se lo pregunta a un físico, te cuentan que eso de la mecánica cuántica no te lo puedes ni imaginar… En realidad se trata de eso, de echarle imaginación. En esa fecha de 2399 Picard esta cultivando vino en su chateau francés mientras la galaxia se desmorona, así que reúne a la Next Generation que están, 29 años después, para jugar a la brisca en un asilo y aún así van y salvan a la humanidad. Pensarán que la humanidad no llega al día de la fecha ni de coña y que aquí lo que interesa es lo del futuro del flamenco. Y de eso no se cuenta nada de nada.
AGUSTÍN DIASSERA Y JUANFE PÉREZ: ENCUENTROS EN LA TERCERA FASE
Si piensan ustedes/vosotros que esta reseña es una majadería prueben a leer esta crónica dentro de 30 años o intenten volver a ver “2001 una odisea en el espacio” y verán que Stanley Kubrik falló en casi todo, incluida su visión de los primates preflamencos ante el monolito, pero acertó en lo fundamental… prueben a desconectar el ordenador/navegador y se encontrarán con todo el poder de El Gran Hermano que casi todos llevamos en el teléfono.
Al asunto. Ponemos el móvil en modo avión y aparecen en la sala Negra del teatro Canal nuestros protagonistas: Agustín Diassera y Juanfe Pérez y comienzan a hacer música aparentemente flamenca hecha con bajo y percusión, lo cual nos deja desconcertados ante la posibilidad de que eso que suena sea una soleá. Eso debe de ser el futuro, piensas, porque no te suena a nada conocido. A ratos a los discos buenos del sello alemán ECM que eran aquellos (pocos) que dejaban salir la furia. Por un lado sabes que Juanfe se ha estudiado a Jaco Pastorius y por el lado de los percusionistas, hay una larga lista desde Nana Vasconcelos a Tino DiGeraldo. Cuando estás intentando ponerle nombre a cualquiera de las cosas que reconoces, aparece una voz de pizarra, un cante primigenio de esos que suenan a 78 RPM en el que la aguja de fonógrafo es un arma mortal que cruje sobre aquella majadería que proclamaba ECM: “El sonido más bello después del silencio”.
En mis pesadillas sueño que hipsters o modernos, o-lo-que-sea-que-se-lleve-ahora, ponen de moda pinchar con discos de pizarra y entonces habrá dos clases de djs, los que van con un pendrive y los que llevan un camión de discos viejos. Vayan a ver la exposición de Carlos “Pizarra” Martín Ballester en el Ateneo de Madrid y hablamos de la antropología forense de los flamencos.
Juanfe cogió el micro para darnos las explicaciones pertinentes y puso cara de esto os pasa por venir a ver un concierto de bajo y percusión. Explicó que la cosa que estábamos escuchando se llama ”Semillas” porque está creciendo y aún no esta grabada . El culpable de la iniciativa estaba presente en primera fila: Antonio Benamargo que a la hora de programar es bastante clásico pero incluye a los indiscutibles del futuro de ahora mismo porque es lo que hay y es lo que gusta. Piensen en Rocío Molina y acertaran por muy extraterrestre que pueda llegar a parecer.
Pérez confesó que su encuentro con Agustín fue forzado por el director de la Suma Flamenca: “ambos habíamos opositado a actuar y me sugirió que hiciera algo con Diassera. Yo nunca había tocado con él y comenzamos a trabajar este verano…
Ya saben ustedes/vosotros que el futuro es ahora y que esta gente que lleva años figurando en los carteles con la letra pequeña, a ratos participan en proyectos grandes. A Juanfe le hemos visto con Sergio de Lope, con la Tremendita, con su propio proyecto y con el de Raúl Rodríguez que también es descomunal. Tamaño XXXL.
Agustin Diassera, también se apuntó a hablar, para muchos de nosotros era la primera vez que escuchamos su voz -¿en 20 años?-. Y resulta que tiene cosas que contar, por ejemplo que admira profundamente a su vecino Dani de Morón con el que le hemos visto en infinidad de conciertos con Arcángel o con la Academia del Placer (Accademia del Piacere, bajo la dirección del violagambista Fahmi Alqhai), un proyecto que va de hacer música antigua con los instrumentos y las partituras del siglo XVII pero con una mentalidad absolutamente contemporánea. Es decir se toca lo que presuntamente se escuchaba hace 300 años con los instrumentos de entonces y con la actitud de ahora mismo. No me digan que lo de Star Trek no tienen sentido por que no me lo creo. En esa aventura también colabora Dani de Morón y la bailaora Patricia Guerrero que baile en el siglo que baile siempre es una gozada.
!Por fin alguien ha abierto una academia del placer!¡Me apunto como repetidor!. El caso es que Dani de Morón no brilla mucho en esa academia quizás porque en el siglo XVII no había guitarristas de su talla. El caso es que apareció Dani y en la primera pieza nos dibujó una abstracción impresionista, pero en la siguiente nos puso a volar más allá de Orión o del otro lado de agujero de gusano, en una pieza apabullante en cualquier dimensión y/o planeta conocido. Por la parte de Juanfe apareció Sandra Carrasco que también sabe como salirse de nuestra galaxia. Cantó una que nos sonó a copla nueva que pudiera haber cantado Rocío Jurado, eso o una canción del feeling cubano del repertorio de Omara Portuondo para luego rematar con unos fandangos de Huelva que es como caer con la fuerza gravitatoria de un meteorito en el pueblo donde naciste.
Semillas. Suma Flamenca. Sala Negra. Teatros del canal. Madrid. Estreno absoluto
Agustín Diassera, percusión
Juanfe Pérez, bajo eléctrico
Sandra Carrasco, cantaora invitada
Dani de Morón, guitarrista invitado
Fotografías: Pablo Lorente / Suma Flamenca
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