19 de noviembre. Teatro Fernando de Rojas. Círculo
de Bellas Artes. Madrid.
Texto: Manuel Moraga
DANZA, LIBERTAD Y MEMORIA
Sábado 19 de noviembre, 19:45. Entre Sol
y Cibeles, los carrilles de bajada de la calle Alcalá
estaban cortados por la clásica manifestación
del 20-N en memoria de Franco. Muy cerca, en el Teatro Fernando
de Rojas del Círculo de Bellas Artes, la Compañía
Arrieritos representaba “13 Rosas”, un homenaje
a aquellas trece mujeres fusiladas por la represión
franquista tras la Guerra Civil.
«Tened en cuenta que no muero por criminal ni ladrona,
sino por una idea», advirtió Dionisia Manzanero.
«Que mi nombre no se borre en la historia», fue
la última frase que escribió Julia Conesa, una
modista de 19 años. Ambas estaban en aquel grupo de
las trece rosas.
Con una gran sobriedad, Arrieritos plantea una sucesión
de escenas en las que se pueden palpar sin paliativos sensaciones
como la incertidumbre, el miedo, la soledad o la angustia.
El trabajo de la Compañía es muy directo y se
basa en un guión y una puesta en escena cercanos al
teatro contemporáneo, un diseño musical perfectamente
encajado y un trabajo coreográfico intenso, sincero,
nada artificial, que es capaz de combinar estilos diversos
en aras de la progresión dramática.
“13
rosas” es una propuesta de danza, pero también
es algo más. También comparte códigos
teatrales en los que la interpretación es un elemento
fundamental. El texto incluido no es el componente principal,
pero sí resulta tan importante como el movimiento de
los cuerpos, los gestos, la iluminación o la música,
y contribuye a potenciar todavía más la fuerza
de las sensaciones trabajadas en la escena.
El espíritu de la mujer impregna toda la obra, y no
sólo porque sus protagonistas tengan esa condición,
sino porque el drama está contado desde lo más
profundo del alma femenina: la entereza, la ternura, la esperanza,
la tristeza, la muerte… Todo está relatado desde
lo más hondo del sentir femenino, desde lo más
profundo del corazón de mujer.
Quienes añoraban a Franco junto a la fuente de las
Cibeles lo hacían ejerciendo el derecho a su legítima
libertad ideológica. A pocos metros, en el Círculo
de Bellas Artes, la compañía Arrieritos recordaba
a “las trece rosas rojas” que murieron fusiladas
el 5 de agosto de 1939 en el cementerio del Este, el mismo
lugar donde la represión franquista asesinó
entre 1939 y 1944 a casi 3000 republicanos que pensaban de
forma diferente. Estas paradojas surgen cuando se combinan
conceptos como libertad, pensamiento