Texto: Gonzalo Montaño Peña.
Galería fotográfica: Remedios Malvarez.
Resumen: Cañizares 'Cuerdas del alma' – Jueves flamencos CAJASOL
Jueves Flamencos Cajasol
Ficha artística: Guitarra: Juan Manuel Cañizares; Bajo: Íñigo Goldaracena; Percusión: Rafa Villalba; Baile y Castañuela: Charo Espino; Baile y Cajón: Ángel Muñoz. El guitarrista Cañizares abrió el ciclo Jueves Flamencos, patrocinado por Cajasol, con un concierto titulado “Cuerdas al alma”, en él presenta su último trabajo homónimo. La noche estuvo dedicada al pueblo japonés por los lazos familiares que unen a este músico con el país nipón. El recital comenzó con una guitarra que susurra al público “Añorando Presente”, una fantasía que da idea del momento creativo y musical en el que se encuentra el guitarrista. Una música de atmósfera, dulce, rica en sonoridad y en busca de un aire que renueve su sonido, a veces demasiado basado en su gran habilidad para recorrer el mástil a gran velocidad. También de su último disco y más en su onda clásica sonó la Bulería “El Abismo”, picados y armonía moderna, para eso Cañizares es un intelectual del sonido. Sin embargo la excesiva percusión ( dos cajones y tres palmeros ), que además sonaba muy fuerte ensombrecieron y taparon al solista, poniendo la guarnición en el lugar del primer plato. Uno de los estilos que más domina este músico catalán son los tangos, en este compás se encuentra a sus anchas y despliega su técnica con facilidad pasmosa. Aunque demuestra en temas como “Puente Arpegiado” dominar el diapasón, el sonido que propone me parece demasiado vinculado a la obra de Paco de Lucía, un sonido que por muy revolucionario que fue, a día de hoy deja de sorprender e incluso llega a sonar previsible en demasía. En este momento llegó una de sus obras maestras “lluvia de cometas” una rumba de sonido moderno que se encuentra en la ola de sonido flamenco-Jazz que puso de moda el genio de Algeciras. Este fue uno de los mejores momentos de la noche. El bajo del vasco Goldaracena supo mantener el papel asignado aportando sonoridad y melodía a la par que colchón rítmico y armónico con buen gusto. El resto de acompañantes no lograron aportar demasiado al concierto, si acaso restaron protagonismo al solista sin realmente ofrecer algo interesante. La balada “Lejana” fue otro de los temas que sonaron bien y que definen un poco ese sonido incluido en el nuevo álbum del guitarrista que comentábamos al principio de la reseña. De su disco “Punto de Encuentro”, quizás su trabajo más innovador, rememoró “Toca Madera” una rumba a tiempo medio que resume muy bien su virtuoso sello de identidad. Por lo demás: repeticiones de estructuras musicales muy conocidas, solos sobre una misma rueda de acordes, motivos melódicos que suenan una y otra vez, y las manos que pulsan las cuerdas a velocidad de fórmula uno, pero a pesar de tener las “cuerdas del alma” sonando, al menos ayer, no dejaron un mensaje que llegara al alma. |
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