Guitarra: Juan Antonio Suárez ‘Canito’. Cante: Jesús Méndez: Lugar: Espacio Turina. Ciclo: Festival de la Guitarra de Sevilla. Fecha: Sábado, 24 de octubre de 2020. Aforo: Casi lleno.
Lo mejor de Canito es que su toque no se parece a ningún otro. Su propuesta, con la que clausuró este sábado el Festival de la Guitarra de Sevilla, confirma que el artista quiere llevar el flamenco hacia otro sitio con sus manos. Así, se aleja de los recursos habituales de lo jondo, los efectismos rítmicos y lo pomposo obligando al espectador a escuchar hasta el sonido de sus uñas.
Es decir, el guitarrista explora el mástil y tensa las cuerdas buscando continuamente un pulso distinto que, más que sonar, sugiera. Que más que pellizcar, cree atmósfera. Que más que gustar, sorprenda. Hasta el punto de que su música pausada y a ratos naíf, empieza antes de su mano roce el instrumento y de que sus notas son a veces puntos suspensivos.
En este sentido, Canito fue jugando en un repertorio de interesantes y originales composiciones en las que siempre encontramos sugerentes gestos y, sobre todo, una búsqueda, una diferencia. Por eso, aunque la suya sea una sonanta difícil, porque no acude a lo luminoso ni a lo cercano, acaba envolviendo y gustando, como ocurrió especialmente en la emotiva rondeña ‘Adelante’, en la soleá homenaje a Riqueni, en la bulerías que dedicó a Lole y Manuel donde demostró la soltura de su muñeca derecha y la velocidad de su pulgar, o en la preciosa versión de ‘Los cuatro muleros’ con que cerró la primera parte.
Ya en la segunda parte el guitarrista acompañó a Jesús Méndez en un dueto inspirador en el que el primero puso el aire y el segundo la tierra, llevándose el uno al otro constantemente a su terreno. De esta forma, el cantaor, con la voz (aquí sin microfonía) más curtida, cuajada y reposada, ofreció un impoluto recital de malagueñas, soleá por bulerías, seguiriyas, bulerías de Jerez y fandangos en el que disfrutamos de su entrega y de la seguridad y la verdad que transmite su cante y de las originales falsetas que fue regalando Canito.