Fla-co-men, estrenado en primicia para el Festival, es un espectáculo renovador y exquisito en el que la música ha sonado sin argumento, con la inercia del cuerpo y el ritmo.
Antes, Argentina, con un repertorio clásico, ha derrochado pasión y fuerza en una actuación deslumbrante en la Catedral del Cante.
La cuarta Gala Flamenca del Festival Internacional del Cante de las Minas ha sido una noche de intensos contrastes, pues del “Viaje por el Cante” al que nos ha transportado Argentina, en un pasional y verdadero recital clásico flamenco, hemos pasado a un espectáculo totalmente transgresor del bailaor Israel Galván, en el que hemos podido conocer el estreno que para el Festival ha realizado con Fla-co-men, una actuación en la que la música ha sonado sin argumento, con la inercia del cuerpo y el ritmo. Sólo la música.
La Metamorfosis, Arena, El final de este estado de cosas, o Lo Real-Le Réel-The Real, ha sonado reciclando audio con un selecto grupo de sus músicos, ofreciendo al público breves estallidos de felicidad. Israel Galván sonando en toda su pureza, con el cuerpo como instrumento. No sólo de percusiones, también de viento, metales, cuerda, pues el cuerpo habla. Cuando se tuerce ante el violín de Elo Cantón las notas son más de madera. Quieto frente a Tomás de Perrate, es más cuerpo, redundante. Y más flamenco cuando remacha las percusiones y los metales de Proyecto Lorca.
Israel Galván, Premio Desplante del Festival Internacional del Cante de las Minas en 1996, ha huido siempre de la fusión, lo suyo es el montaje, como en el flamenco de siempre. Saber componer con trozos, con pedazos. Y en este concierto ha habido un regalo, ya antiguo, que le hizo el maestro Morente a Israel Galván: Fui piedra y perdí mi centro, me arrojaron al mar y al cabo de mucho tiempo, mi centro vine a encontrar. La letra, clásica, metida por soleá, por malagueña, en una toná con la batería de los Lagartija Nick. Quizás se haya cambiado el orden de las sílabas, pero sigue siendo flamenco.
Para abrir la noche, Argentina, acompañada de José Quevedo “Bolita” y Eugenio Iglesias a las guitarras, las palmas de Torombo y los Mellis, y la percusión de José Carrasco, han interpretado un repertorio por los cantes tradicionales, entre ellos, el Garrotín, Serrana, Soleá, Milonga, Caña y polo, Minera de Pencho Cros, Levantica, Abandolaos, Seguiriyas, Cantiñas, Bulerías, para acabar por Fandangos de Huelva. “Un Viaje por el Cante” es el corazón de la artista puesto al servicio de todos. Es el compromiso máximo de Argentina con el género que da sentido a su vida, desde el año 2006 profesionalmente, porque ha nacido para cantar flamenco.
La cantaora onubense, al comienzo de su actuación, decía sentirse “encantadísima por muchas razones, ya que todos los artistas que actúan sobre este escenario se sienten a gusto porque el público viene a escuchar el flamenco, y eso se nota. Quiero felicitar al Festival por su iniciativa de abrir nuevas fronteras y llevar nuestro arte al extranjero”.
Al terminar la Gala, los artistas han descubierto sus Lámparas en la Avenida del Flamenco, distinción que Argentina e Israel Galván han acogido emocionados y honrados “por este pueblo en el que se respira flamenco”. En dicha Avenida ya figuran desde esta noche los nombres de Pencho Cros y Miguel Poveda, en el día del Homenaje que le ha tributado La Unión al genial cantaor de Badalona, desde hoy Hijo Adoptivo de esta localidad. Este reconocimiento ha sido recibido con mucha emoción por parte de la familia del tres veces Lámpara Minera en el Cante de las Minas, Pencho Cros, y por el propio Poveda, que mañana cerrará las Galas Flamencas con un recital de cante en el Antiguo Mercado Público.
Especial 53 Festival Internacional del Cante de las Minas
Resumen actuación – Argentina & Israel Galván