Texto: Balbino Gutierrez
Fotos&video: Rafael Manjavacas
Sala García Lorca de Madrid. 15, 16 diciembre 2016.
El espíritu de Enrique Morente
Con toda la sala puesta en pie y prolongados aplausos se cerró el 16 de diciembre la segunda de las dos noches programadas por Antonio Benamargo en la Sala Federico García Lorca, de Casa Patas, Madrid.
Un cartel excepcional que contaba con la presencia de dos nombres primordiales, Pepe Habichuela y Arcángel, congregó a un público multitudinario entre el que se contaron numerosos morentianos: artistas como Guadiana, Paquete, Bandolero o Miguel Ángel Cortés, y a periodistas como Juan Luis Cano o Juan Verdú o el pintor Alexanco. Y no era para menos si se puede decir que se trataba de una noche histórica que reunía al que se considera como “el tocaor” de Enrique Morente y al cantaor joven “predilecto” de Enrique Morente.
El veterano maestro Habichuela y el joven maestro Arcángel se confrontaban por primera vez desde la desaparición (hacía seis años y tres días) del maestro de Granada, y se apreciaba que eran conscientes de la responsabilidad contraída a juzgar por la seriedad de sus semblantes y figuras al comienzo del recital; tensión que fue cediendo a medida que avanzaba la actuación hasta convertirse en un tácito y gozoso homenaje de arte y belleza en honor del amigo y genial maestro ausente. Su sombra, su espíritu se dejó sentir durante la hora y cuarto que duró el recital; tiempo que pasó como una exhalación y dejó al público respetuoso con ganas de continuar por el doble de minutos transcurridos.
Voz y toque desarrollaron un arco de palos fundamentales: siguiriyas, tientos, cartagenera, taranta, minera, cantiñas, caña, polo, soleares, fandangos, con algunas referencias explicitas a cantes y letras de Morente: Si me crujieran los huesos… ya no me arrimo a la reja… Yo esperaba haber cogío…Entré en la sala del crimen… Si sufres, sufre callando… Los pájaros eran clarines…Casi un niño…etc. La guitarra de Pepe con toda su esencia flamenca y la mágica afinación de Arcángel lograron que todas esas referencias señaladas y otras sonaran no ya como meras copias del original, sino como piezas vivas y nuevas; y esto gracias a la virtualidad de los estilos morentinos y a la ejemplar interpretación que de los mismos hicieron dos de los más grandes artistas flamencos de la actualidad.