SUMA FLAMENCA Jueves, 10 de mayo, 2007. Teatro Albéniz. Madrid |
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Fotos: Rafael Manjavacas
Antonio Pitingo y Fuensanta la Moneta El festival Suma Flamenca dedicaba la noche del jueves a figuras jóvenes del flamenco. El cantaor Fuensanta la Moneta mostraron una total entrega ante la oportunidad que les brindaba este recital. Antonio Pitingo lleva ya unos años haciéndose un hueco en el panorama flamenco y con la grabación de su primer disco “Pitingo con Habichuelas” ha dado un paso más en su carrera. En él, mezcla el flamenco más tradicional con el soul, como hizo en este concierto. Comenzó cantando por soleá. Cuando canta puro, la voz de Pitingo es suave, muy flamenquita. Alarga los tercios, juega con los tonos y recuerda a clásicos como Caracol o Chacón. La granadina como la malagueña, que cantó posteriormente, son estilos en los que se luce, los interpreta con gran delicadeza y desprende al cantarlos gran sensibilidad. Fue a mitad de su actuación cuando Antonio Pitingo anunció que como comparte desde pequeño su vocación por el flamenco con su pasión por el soul, las tonalidades de la música negra también estarían en su repertorio. Y su voz flamenca adquirió también los matices del soul en Wendolín, versión de la canción de Julio Iglesias que se incluye en la banda sonora de la película Candida. Con la dulzura de las voces de las hermanas Bautista a los coros, Pitingo mostró su faceta más melódica y acancionada. En los fandangos de Alosno la fusión entre flamenco y soul fue más evidente y en su voz se entremezclaban ambos registros. Con una versión de un tema del grupo Boys to men por tangos, dio definitivamente rienda suelta a su vena más popera. Es cierto que hay un evidente contraste cuando este artista se aparta del flamenco más tradicional. Es una propuesta arriesgada, pero al margen del debate que podría originar entre los más puristas, musicalmente hablando hay que decir que hubo momentos muy sentidos y bellos y el público quedó encantado. Destacar que el acompañamiento de Juan Carmona a la guitarra dio el contrapunto perfecto al cantaor en todas sus vertientes. En su despedida por bulerías, Pitingo hizo de nuevo gala de que es un artista de su tiempo, sin olvidar el flamenco más tradicional y marcándose un pataíta lo mismo te canta el Yesterday de los Beatles a capela, que una letra tan flamenca como la de los garbanzos en el puchero. El joven cantaor por ofrecer un concierto tan personal, fue muy aplaudido por el auditorio. En la segunda partela joven bailaora Fuensanta La Moneta, enfundada en una bata de gola, se arrancó bailando por alegrías. Fue el estilo que reservó para deleitar con la seducción y el desparpajo y para cautivar con su picardía a través de sus miradas, sus pellizcos, sus gestos, sus paradas, sus contoneos. En la farruca, salió vestida con pantalón y chaquetilla, a lo Carmen Amaya. La Moneta llevó al terreno femenino este baile, el más varonil del flamenco. Estuvo contenida y templada y se recreó en el braceo yen los complicados y sucesivos giros. Este baile también fue el destinado para hacer alarde de su técnica y su zapateado. Fue en la seguiriya donde hubo momentos de gran intensidad, con arranques cargados de flamencura, que propiciaron especialmente los tres cantaores cuando se pusieron en pie y cantaron uno a uno, arropando a la bailaora. La Moneta derrochó rabia y temperamento. Un baile sobrio y flamenco por los cuatro costados el de esta joven artista, que también recibió la ovación del público, que terminó disfrutando de un fin de fiesta por bulerías. Más información:
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