Antonio Canales y Manuela Carrasco, 'Tierra y fuego' en el VII Festival de Jerez 2003

 

Antonio Canales
y
Manuela Carrasco
'Tierra y fuego'

9
de marzo. – Teatro Villamarta.

Especial VII Festival de Jerez 2003

Baile: Manuela Carrasco, Antonio Canales, Juan de
Juan, Rafael de Carmen, Bobote
Cante: Antonio Zúñiga, David de Morón,
José Valencia, Samara Amador
Guitarra: Daniel López, Joaquín Amador,
Miguel Iglesias

Como a veces ocurría con películas
fracasadas como «Frankenstein conoce a Drácula»,
uno más uno no siempre suma a dos. A veces «más»
es «menos». Esta ha sido la impresión causada
anoche cuando Antonio Canales y Manuela Carrasco, dos máximas
figuras del baile flamenco, compartieron escena y espectáculo
en el Teatro Villamarta. Ni bailando juntos, ni cada uno por
su cuenta, hubo emociones fuertes a pesar de la gran expectación
suscitada por esta unión de titanes.

La presentación comenzó con el dramático
encuentro de los dos trianeros al son de taranto. A partir
de ese momento la cosa iba degenerando sensible pero continuamente
con un baile poco inspirado que se refugiaba en lugares comunes.
A continuación los pulidos tangos de Rafael de Carmen
y Juan de Juan ofrecieron unos momentos francamente buenos,
pero la siguiriya de Canales que seguía, de nuevo provocaba
toses de aburrimiento educado. A menos de un minuto de hacer
su aparición, ya había acelerado el compás
a un aire de bulerías donde claramente se siente más
a gusto. Prácticamente hizo caso omiso del más
que competente equipo cantaor y se perdía en su mundo
de taconeo deambulando por la pista como si buscara la inspiración
que no le venía. Después de casi quince minutos
de repente una chispa, aplausos y jaleo, y el bailaor aprovechó
para despedirse cortando por lo sano.

Unos cantes abandolaos refrescantes rompieron la letargia
colectiva dando paso a un doblete por alegrías. Rafael
de Carmen y Juan de Juan interpretaron sendos bailes de principio
a final – una sobredosis gaditano se mire como se mire – en
un rebuscado intento de cubrir tiempo, o al menos eso parecía.
Tampoco fue la noche de Juan de Juan que no llegaba a rematar
ni recoger limpiamente. Rafael de Carmen se mostraba más
maduro y controlado, pero se arriesgaba bastante menos. Mención
especial para el trío de cantaores, en particular José
Valencía con alegrías de Pinini y otras delicias
lebrijanas.

El público se mantenía – había cumplido
su objetivo de respirar el mismo aire que dos divos, y aún
aguardaba la clásica soleá de Manuela. Pero
la señora parecía estar infectada de la misma
falta de concentración que su coprotagonista. No lo
hemos medido por reloj, pero unos veinte minutos de paseítos
y zapateo sin dirección aparente, y ya muchos dimos
por perdida la noche. Igual que Canales, encontró un
par de minutos de éxtasis artístico al final
y se retiró con más pena que gloria.

Bulerías, y todos respiramos aliviados. Simpática
Samara, la niña de Manuela, y bendito Bobote con su
pataíta que no cambia pero que siempre es toda una
lección de gracia y compás – merecidos aplausos.
El espectáculo se salvó en parte con el romance
que sirvió para rematar la función. Carrasco
y Canales por fin encontraron una onda común y empezaron
a inspirarse mutuamente dejándonos ver las posibilidades
de su colaboración.

Más tarde en la Peña La Buena Gente pudimos
soltar el pelo y respirar Jerez con el cante de Jesús
Méndez y Juan Illorro con la guitarra de Miguel Salado.

Estela
Zatania

Presentación
'Tierra y Fuego'

 



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