Ortiz Nuevo inunda con verdiales los teatros del canal y ofrece una memorable lección flamenca de la historia, entrañable, jonda y cachonda
No tenía ni idea de lo que es una biznaga: “Ramillete de jazmines en forma de bola de laboriosa elaboración que en verano se suelen vender por las calles de Málaga. Además de su belleza y su perfume, se dice que las biznagas sirven para ahuyentar a los mosquitos en las noches de verano” palabra de wikipedia. Cuando voy a Málaga lo mío son los espetos de sardinas, así que hasta ahora desconocía ese símbolo de una ciudad inundada por manadas de turistas que acaban de bajar de los barcos.
Total que estaba dispuesto a pasar del espectáculo (como un ignorante) hasta que vi el nombre de José Luis Ortiz Nuevo, también llamado “El Poeta” maestro de maestros en la cosa de transmitir las cosas y las gentes del flamenco desde que allá por el año de 1975 nos dejó del revés con las “Mil y una historias de Pericón de Cádiz” (Editorial Demófilo).
Se abre el telón y está El Poeta con el talentoso guitarrista David de Ana que ofrece un brindis a los presentes y da paso a una genuina panda de Verdiales, La Panda de Santón Pitar que se pasea por los pasillos con sus exóticos sombreros y un ritmo machacón de esos que pueden seguir los adolescentes cuando van a ver a Taylor Swift. Luego El Poeta dirá que eso que hacen en los Verdiales es más complejo que las bulerías, sin quitarle mérito a lo de las bulerías. Aquí añadiría que ya saben ustedes/vosotros cómo se ponen en Jerez cuando se les mienta a la madre (o a la bulería), por eso he mencionado a Taylor Swift para que nos pongamos todos de acuerdo… excepto los adolescentes ¡Mecachis!
A ratos parece que al creador del espectáculo se le va el texto y duda entre entonar la palabra escrita por-su-misma-mente o dejarse llevar por el instinto de la improvisación; y ahí es donde al rato ganamos todos. Como le dije un día a un querido profesor de filosofía:
– A mí, eso de la epistemología del flamenco, no me lo dice usted en la calle.
La oralidad es lo que tiene y José Luis Ortiz Nuevo es un maestro en esos menesteres aunque ahora le ha dado por meterse en las bibliotecas a escudriñar hechos y cosas y así nos cuenta la historia del Piyayo, un truhán que mató a una tendera delante de su churumbel, que fue capturado y enviado preso a la guerra de Cuba contra los yanquis y que por el camino se inventó unos tangos que han quedado pa los restos y que caminan desmayaos por la clave cubana.
El Poeta engarza esas historias con el cante mientras el público asiste a las lecciones y no toma apuntes para no perderse ni una miaja de arte. Todo suena mejor cuando te lo explican con gracia. Por ejemplo, el mejor profesor que tuve cuando era adolescente no era de literatura, ni de historia, era el de física y química, así que por la noches soñaba con la fusión nuclear y en lugar de contar ovejitas, contaba neutrones. Ahora me entero de que google va a comprar siete reactores nucleares y no le veo la gracia cuando dicen que es energía limpia. ¡Los residuos radiactivos que se los coman tus nietos!
Ortiz Nuevo no llegó a hablar de la mecánica cuántica pero llegó a rendir homenaje a su maestro Blas Vega, la cita fue aplaudida por cuatro personas Benamargo y Gamboa, incluidos. Yo no conocí al susodicho pero me hablaba de él Pepe “El jazzman” en el “Johnny”; ya saben, aprendemos de los libros y las digestiones las hacemos en bares y tabernas que ya no son lo que eran. A ver si con tanto cambio y tanta actualización llevan este espectáculo a los colegios.
Aprender, discutir, razonar, mantener el espíritu crítico… Imposible olvidar a Morente que grabó los verdiales “Montes de Málaga” en su último disco en estudio “Pablo de Málaga” (2008)
“Nacieron para volar
los pajarillos del cielo
y las manos de Picasso
para dibujar y pintar
la paloma de la paz»
La primera maqueta de la composición la grabó Morente con Niño Josele en el museo Picasso de Málaga, años después publico ese disco cubista que muchos Morentistas aún no han acabado de escuchar y que me jacto de pinchar al lado de la música urbana y gitana del momento. Es verdad que los verdiales aún no me entran en ese repertorio, pero como dijo en su día Enrique: “necesito un clavo donde colgar la chaqueta”, en mi caso una alcayata para colgar el chandal.
Hubo momentos únicos, la rondeña de Ramón Montoya por David De Ana, la malagueña del Canario de la cantaora Chelo Soto, un “asomarse a los balcones” del Poeta y sobre todo el emocionante “Adiós Málaga la bella” de Amparo Heredia “la Repompilla”. Luego hubo más, mucho más, cuando se desataron los verdiales y la compañía entera salió del teatro para rematar en la calle como hacen los Taraf de Haiduks o todos los sambistas de corazón puro. Dice Raúl Rodríguez que eso de los verdiales es Rock&roll de campo y puede que tenga razón. No se lo pierdan.
BIZNAGAS DE MÁLAGA
José Luis Ortiz Nuevo, cómico
Ana Pastrana, bailaora
Amparo Heredia y Chelo Soto, cantaoras
Miguel Astorga, cantaor
José Luis Lastre y David de Ana, guitarristas
Salvador Molina, violinista
Juan Manuel Lucas, percusionista
Panda de Verdiales, de Santón Pitar
José Luis Ortiz Nuevo, guion
Ana Pastrana, coreografía
Miguel Ángel Vargas, iluminación y dirección escénica
José Luis Solís León, imagen
Asociación Biblioteca Flamenca – José Luis Ortiz Nuevo, producción
Fotografías: (c) Paco Manzano
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