Resumen: 53 Potaje Gitano de Utrera. Homenaje Rivera Ordoñez, Pitingo, Tomás de Perrate, Manuel de Angustias, Canales, Carmen Ledesma, Antonio Moya…
53 Potaje Gitano de Utrera |
Cante: Tomás de Perrate, Manuel de Angustias, Jesús de la Frasquita, Macanita, Pitingo, La Tana, Mari Peña, Herminia Borja, María Vizárraga, Fabiola Pérez. “…y un potaje con muchos ajos” Con ese curioso reclamo culinario, no sólo dio comienzo la andadura del venerable festival flamenco el Potaje Gitano de Utrera, sino que quedó humildemente inaugurada la época de los festivales de cante, una movida que cambió dramáticamente el paisaje del cante, y que medio siglo más tarde sigue pegando sus coletazos pese a múltiples obstáculos. La miseria tan poéticamente aludida…”muchos ajos” porque no había otra cosa…reflejó la escasez de la época posguerra, a la vez que ayudó a provocar el profesionalismo definitivo del cante básico, un repertorio que hasta entonces había tenido muy poca salida fuera de los reservados y ventas de Andalucía, siempre al capricho de los adinerados. Hoy en día, incluso con la crisis económica encima, hasta los palmeros hablan de contratos y prórrogas y cláusulas; unas cuantas mesas de madera donde cenaron los que acudieron a ese primer Potaje, han sido reemplazadas por cientos de mesas redondas, cual boda mediática. Gracias al concepto de homenajear anualmente a algún famoso vinculado con el flamenco, en este caso, el apuesto torero Fran Rivera y la dinastía a la que representa, la prensa rosa superó en números a la especializada…con diferencia. Así dispuesta, dio comienzo la velada con varios actos de homenaje, empezando por la presentación del Instituto de Cultura Gitana, y la interpretación del Himno Gitano “Gelem, Gelem” cantado por Ana Montaño con guitarra y trompeta. Más oportuna fue la voz grabada de Josefa Loreto Peña, Pepa de Utrera, prima recientemente desaparecida de Fernanda y Bernarda de Utrera, para recordar a la magnífica cantaora festera. A continuación, más recordatorios, para Manolo Caracol y Antonio Mairena en este año centenario del nacimiento de ambas figuras, y el presentador Luis del Marquesito comentó como Mairena bajaba a Utrera con frecuencia para escuchar a “las niñas”. “Ange” a raudales hasta el final de este quincuagésimo tercer Potaje Gitano de Utrera Un excelente cuadro local abrió la noche. Manuel de Angustias aportó el inolvidable decir de su tío Bambino, mientras que Tomás de Perrate puso la enjundia de su padre, el legendario Perrate de Utrera. Jesús de Frasquita y otros cantaores aficionados deleitaron a los presentes con un fin de fiesta con sabor de Utrera. La muy admirada cantaora jerezana la Macanita fue la primera figura de la noche, acompañada por su paisano Manuel Parrilla. Con aroma de Jerez pasado por el tamiz utrerano que siempre cultiva, cantó por cantiñas y soleá “dedicada a los grandes toreros” que estaban presentes, y terminó por bulerías. La sonada intervención de la noche fue, sin lugar a dudas, la de Antonio Manuel Álvarez, “Pitingo”, joven cantante onubense convertido en fenómeno social de la noche a la mañana. Sabiamente dejó su repertorio pop en casa para la ocasión, e interpretó tonás, malagueñas y soleá “recordando a la Fernanda”, a su manera claro está. Con las palmas jerezanas de Chícharo y Gregorio, el baile de Rocío la del Turronero, la guitarra del granadino Juan Carmona y el sembrado cante y baile de Fernando Soto, el fin de fiesta por bulerías quedó doblemente rematado con fandangos de Caracol y una pincelada del cante melismático seudo “soul” que tanta fama le ha acordado al artista. Con esta última pincelada de la faceta que conoce el gran público del Pitingo, la gente se volvió loca.
Pero sólo es la media parte. El potaje con aquellos ajitos, un audiovisual sobre la dinastía de Rivera Ordónez, actos honoríficos en torno a Fran Rivera y pasamos al apartado de baile. Antonio Canales es un gran artista, que nadie se equivoque, pero es víctima de su propio historial y talento; se arriesgaba y no le salió. La falta de constancia a menudo marca a los grandes, el no importarles nada, el alcanzar un día las alturas, y al siguiente estar para echarlo a los leones. En el Potaje, hemos visto a un Canales más flamenco que nunca, a la vez que incapaz de ubicarse; pero qué poco duran los bailaores para los fines comerciales, y cuánto tardan en madurar artísticamente hasta el extremo de este hombre. Así atrapado, entre el saber y el poder, Canales no logró comunicarse con el público, y casi en desesperación, de pronto cantó delante y sin amplificación. Y digo yo, que vivan los artistas que no son cromos intercambiables de caras bonitas que suscitan el aplauso fácil. A las cuatro de la madrugada, el guitarrista Antonio Moya ofreció su cuadro “Cinco Voces” para clausurar el dilatado evento. Jóvenes y veteranas, voces flamencas y conocedoras todas: La Tana, Mari Peña, Herminia Borja, María Vizárraga, Fabiola Pérez. Y al baile, otra mujerona, Carmen Ledesma, terruña y esencial por bulerías con la Borja cantándole a bocajarro. Empezó a caer el relente de la campiña, y gran parte del público había abandonado el recinto, pero hubo ange a raudales hasta el final de este quincuagésimo tercer Potaje Gitano de Utrera.
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