Martes, 14 de agosto, 2018. 2230h. Puente Genil. Patio Colegio Agustín Rodríguez.
BUENAS VOCES, UN BAILAOR POTENTE, GUITARRAS BRILLANTES Y UN GENIO LLAMADO “PELE”
Cante: Manuel Moreno “El Pele”, La Macanita, Julián Estrada, Pedro “El Granaíno”, Rocío Luna (ganadora Membrillo de Oro 2018). Guitarra: Niño Seve, Antonio Higuero, Manuel Silveria, Jesús Zarrias, Patrocinio Hijo, Ángel Mata. Percusión: José Moreno. A las palmas: Manuel Pantoja “Chícharo”, Macano, Fernando Gamero, Álvaro Gamero, Richard Gutiérrez, Alberto Moreno, Isabel León, Isabel Pelaez. Baile: Rafael del Pino “Keko” con Alejandro Hurtado y Manuel Martínez (guitarra); Miguel del Pino y Carmen García (cante); Carlos Jurado (percusión); Richard Gutiérrez y Cristina Tapia (palmas).
Texto y fotos: Estela Zatania
Dicen que fue el veterano cantaor Juan Talega que un día sentenció que “todo al norte de Despeñaperros es Alemania”. Luego, ha habido los que retocan la frase para delimitar y menguar la llamada zona del cante aún más, situando a Puente Genil, Córdoba, fuera del terreno jondo. Lo cual se corresponde poco o nada con la realidad, aunque sólo sea por ser la ciudad natal de otro maestro, don Antonio Fernández Díaz “Fosforito”, cuyo apodo forma parte del nombre de uno de los eventos flamencos más antiguos del país: el Festival Cante Grande “Fosforito” celebrado anualmente desde 1966.
De la misma localidad había también un joven cantaor destinado a la grandeza, Manuel Jiménez Rejano, pero una enfermedad nos lo silenció prematuramente. Anoche en Puente Genil, la 52 edición de este festival fue dedicada a la memoria de Jiménez Rejano, con mensaje al respecto en grabación de video de Miguel Poveda.
Te llena de alegría ver al maestro Fosforito (1932) cada año en primera fila, gozando en vida y con salud de todos los honores y el cariño que le brinda su ciudad y la afición en general. Para los de mi generación, fue durante años el gran maestro que dominaba todos los palos con compás, conocimientos y una personalísima voz. En esta ocasión le ha tocado ver a cinco cantaores y un bailaor: la joven Rocío Luna, ganadora del concurso Membrillo de Oro, además de otro cantaor de la tierra, Julián Estrada, el de la voz clara y sin complicaciones, ídolo del público local, con el muy subestimado Manuel Silveria a la guitarra, la Macanita para poner el punto jerezano con el fabuloso Antonio Higuero a la guitarra, qué sonido más refrescantemente flamenco, y la máxima figura del verano, si es que estas cosas se miden en cantidad de contratos, Pedro el Granaíno. Y el bailaor, Rafael del Pino Moreno “Keko”, farruquero con detalles que te recuerdan a Marco Flores y quizás algo de Antonio el Pipa, no es mala receta.
Pero, damas y caballeros de lo jondo, como ocurrió en el Potaje Gitano de Utrera hace algunas semanas, la noche perteneció a Manuel Moreno “El Pele”. Con diferencia. Cuando otros están puliendo sus cantes, rebuscándose por dentro para tirar del hilo del poder comunicativo que todos deseamos enganchar, cuando los buenos aficionados están debatiendo qué estilos de cante interpreta este hombre…porque su repertorio es así de personal y estilizado… El Pele va muy por delante de todos, y vamos corriendo detrás intentando asimilar tanta creatividad y riesgo. El misterio de su voz que pasa sin esfuerzo aparente por diversos registros, de la trompeta aguda al insistente sollozo, los sonidos como elemento visual y táctil, pintando un paisaje que te atrae, te sorprende y te inquieta a la vez. El Pele conoce el código, tiene carnet de primera, sabe instintivamente hasta dónde puede forzar los límites y no flaquea. Nos convence su dulzura agria tan bien acompañada por el joven maestro de la guitarra, el Niño Seve. Hay los que dicen que todo se ha inventado en el flamenco. Manuel Moreno “El Pele” se burla de aquella sentencia, canta flamenco, y no suena a ningún otro.
Y todo terminó a las cinco de la mañana con unos fandangos del Granaíno cantados sin amplificación, provocando las quejas de algunos a los que no les llegaba el sonido, o que fue tapado por las ruidosas conversaciones del público.