Texto y fotos: Estela Zatania
Sábado, 16 de julio, 2016. 2100h. Pl. del Ayuntamiento, Morón de la Frontera
El Gazpacho Andaluz de Morón de la Frontera, anoche alcanzó su quincuagésima edición, y la ciudad de la cal se dio una gran fiesta.
1ª parte: Guitarra solista, Noelia Bellido del Taller de Guitarra Flamenca de la Escuela Municipal de Música y Danza. Baile: Eva Conde, Lourdes Mena, Mª Ángeles Rodríguez, Irene Navarro, Marta Manchado, Mª Carmen Moreno, Esperanza Verdugo, Loreto Martínez, Macarena Clarambo, Valeria Portillo, Zenaida Gallardo. Taller del Baile Flamenco de la Escuela Municipal de Música y Danza.
2ª parte: Guitarra solista, Paco del Gastor. Cante: Rafael de Utrera, Jesús Flores, David «El Galli», José Mercé. Guitarra: Jesús Guerrero, Rubén Romero, Paco Iglesias, Antonio Higuero. Baile: El Farru y su grupo.
La abundancia de festivales que están celebrando sus bodas de oro entre el año pasado y este, no deja lugar a dudas: fue allá por mediados de los años sesenta del pasado siglo, en gran parte debido a la influencia de Antonio Mairena, que este tipo de evento se puso de moda.
Justo antes de las nueve de la noche, todavía con luz de día, la voz grabada de nuestro Juan Peña «Lebrijano», cantando su emblemático «Dame la Libertad», un bello homenaje al cantaor recién desaparecido, llenó la plaza delante del Ayuntamiento de Morón de la Frontera, escenario nuevo del Gazpacho.
Con la intención de incluir a toda la población en este importante aniversario, la primera parte del programa fue a cargo de alumnos aventajados del Taller de Guitarra Flamenca y el del Baile Flamenco de la Escuela Municipal de Música y Danza, que exhibieron un nivel admirable.
A continuación, el cantaor onubense Moisés Vargas, con la guitarra del Niño Seve, interpretó soleá apolá, entre otros cantes, terminando con unos fandangos de su tierra.
El actual decano de la guitarra moronense, maestro Paco del Gastor, Premio de Córdoba, Premio de Bulerías de Los Cernícalos y acompañante de máximas figuras, ofreció un brillante exhibición del moronismo más auténtico. Después de hablar de su tío, Diego del Gastor, Paco tocó una bellísima pieza que casi cuesta llamar bulerías, porque sería trivializar la música dulcemente hiriente, con la pulsación y fraseo típicos de Morón, que salió de la guitarra de Paco. Los posos de toda una vida de vivencias le permiten crear cosas nuevas sin apartarse de su propia esencia.
Cantaor Rafael de Utrera, afincado en Morón, con la guitarra de Jesús Guerrero, las palmas de Diego Montoya y Carlos Grilo y la percusión de Paquito González, empleó su poderosa voz para cantiñas, malagueña con abandolao, tonás y soleá apolá. El guitarrista Domi Serralbo se unió al grupo para bulerías, con la siempre acertada interpretación de Rafael de la canción «Señorita», popularizada en su día por Enrique Montoya.
Otro joven cantaor moronense, Jesús Flores, acompañado a la guitarra por Rubén Romero, tuvo el excelente apoyo del baile de dos artistas invitados, bailaores El Junco y Susana Casas.
Y otro…el obicuo David el Galli, cantaor de los mejores bailaores, anoche se presentó «alante», en solitario. Lo hemos visto pasar de joven promesa a artista maduro. Trilla, martinete y tonás…palabras para el Lebrijano. Soleá por bulería estilizada y a nudillos, luego, por levante y por soleá, terminando por bulerías.
A José Mercé lo vi hace sólo veinte días en el Potaje Gitano de Utrera. ¿Qué puedo decir? Quizás algunos no saben que en los festivales de cante, Mercé deja aparcado su repertorio pop, y nos lleva directamente a donde guardan el tronco del faraón. Este año recibirá el galardón Compás del Cante.
Magnífica clausura de este Gazpacho histórico con la actuación del Farru y su grupo. Mucho humo con juegos de luces fue la puesta en escena para este bailaor que sigue desarrollando su propio registro dentro de la línea familiar de los Farrucos. Más fantasioso que el hermano, sin miedo al riesgo, brillantes juegos de tempos y siempre el dominio característico. Espectacular sorpresa cuando se sentó con una guitarra y tocó las falsetas de Diego del Gastor con aire y conocimientos.
Fin de fiesta, ovación, y a por otros cincuenta años…
