Texto: Manuel Moraga
Fotos: Rafael Manjavacas
“Por tus calles paseara,
Almería quién te viera,
y a Santo Domingo fuera
a misa por la mañana.”
Aun encontrándose dentro de la geografía andaluza, Almería es todavía una provincias periférica del flamenco. El peso de otros núcleos sigue creando unas ciertas inercias que colateralmente solapan el camino firme que esta provincia viene abriéndose en el mundo de lo jondo. Uno de los acontecimientos que más exporta el nombre flamenco de Almería se celebra en Madrid. Es el Festival Flamenco Por Tarantos “A Almería”.
Son ya 19 las ediciones de este Festival cuyo origen se remonta a 1989 cuando Alejandro Reyes, Presidente del Club de Música y Jazz San Juan Evangelista, junto a Antonio López Alemán y Antonio Sevillano – entonces presidente y vicepresidente, respectivamente, de la Peña del Taranto- decidieron “tomando unas copas, trasladar lo del Taranto a Madrid”, comenta Alejandro Reyes. Desde entonces, el Festival Por Tarantos “A Almería” es una de las actividades más renombradas dentro de las propuestas del Club San Juan Evangelista y, desde luego, uno de los acontecimientos con más enjundia dentro del ámbito de lo jondo en la Comunidad de Madrid.
El tiempo primaveral acompañaba el viernes 25 para acercarse al Colegio Mayor San Juan Evangelista y disfrutar de una nueva edición del Festival. Y así sucedió, porque un hormiguero de gente se congregó en el patio del San Juan. En el cartel de ese primer día, el almeriense Juan Gómez con la guitarra de José María Molero, la onubense Argentina acompañada por Eugenio Iglesias a la guitarra y por Bobote y el Torombo a las palmas y, por último, el jerezano José Mercé acompañado por Moraíto. El auditorio, lleno. La agradable temperatura de fuera se convirtió dentro en un calor sofocante. Caras conocidas de aficionados madrileños y una nutrida representación almeriense contrastan con la insultante juventud de los residentes del Colegio Mayor y con la presencia de aficionados de otras partes del mundo que se encontraban disfrutando de unas vacaciones en Madrid, como Rainer Hawelka, guitarrista alemán que no se lo pensó dos veces: “para nosotros es muy interesante poder ver a las primeras figuras del flamenco actuando delante del público español”, nos comentaba el guitarrista de Manheim.
|
|
Cristo Heredia / Antonio Luis López
|
Marina Heredia / El Bolita
|
También el tiempo acompañó la tarde-noche del sábado 26, si bien, la entrada fue más floja para ver a Cristo Heredia acompañado por Antonio Luís López, a la granadina Marina Heredia con José Quevedo “Bolita” y a Juan Moneo “El Torta” con la guitarra de Juan Manuel Moneo. Cartel, por tanto, variado e interesante el de estos dos días, si bien echamos de menos algo de baile. Y hablando de baile, por el Johnny –así se denomina coloquialmente al San Juan Evangelista- vimos también la presencia de dos instituciones del baile madrileño: Toni el Pelao y la Uchi: “en sus comienzos, Mercé le cantaba a Uchi en el tablao. Mi tío Fati le llamaba siempre Campeón”, nos dice el actual patriarca de la sala centenaria de Los Pelao.
En el terreno artístico, lo mejor sin duda fue la actuación de José Mercé que aun con un catarro que se hizo visible desde el primer temple, supo poner la carga en la emotividad. José cantó con el corazón… Hizo un manojo de soleares espectacular, un tarantazo sin artificios, directo, unas bulerías redondas… en fin, que se salió y el público así lo entendió. Previamente, habíamos disfrutado de una Argentina más madura, con más gravedad y con un excelente acompañamiento de palmas…y guitarra, que todo hay que decirlo.
El Festival tiene dos peculiaridades básicas: una consiste en que ha de haber algún representante del flamenco de Almería. Cristo Heredia fue la cuota almeriense de la segunda velada. Y fue una grata sorpresa. Es un gitanito tan joven que cuando nació, el Festival ya le llevaba dos años de ventaja. Tiene que madurar y reforzar su personalidad cantaora frente a la inevitable tendencia que suele haber en los cantaores jóvenes de reproducir otros esquemas. Pero eso sólo es cuestión de tiempo. Por su parte, Marina Heredia sufrió más de lo acostumbrado en ella, pero siempre es un gustazo escucharla, acompañada además magistralmente por Bolita. Y el que no se encontró a sí mismo fue el Torta, que no dio ni las buenas noches ni tuvo la decencia de hacer un bis a un público militante de su cante… Por cierto que el público tan militante suele ser poco objetivo.
La otra peculiaridad del Festival es que, obviamente, los artistas tienen que interpretar el estilo que da nombre al acontecimiento, ya sea en cante, en guitarra o en baile. “El taranto –asegura Alejandro Reyes- es el cante original de Almería. En la época del auge de las minas les llamaban tarantos a los emigrantes que iban de Almería a La Unión, a La Carolina o a Cartagena”. En líneas generales, lo más relevante de ese mandato transcurrió así: Argentina hizo el taranto que encabeza esta crónica basándose sobre todo en los elementos melódicos. Mercé se dolió él y Marina Heredia lo sobrevoló haciendo un acercamiento más general a los estilos de levante: minera, cartagenera…
Hace 19 años el Festival Flamenco por Tarantos tenía en el cartel a José Mercé Carmen Linares y Fosforito, entre otros. Una de sus páginas de gloria es que este recinto albergó el último recital que Camarón dio en su vida. Hay quien interpreta esta circunstancia como un hito que hizo grande al Festival Flamenco Por Tarantos, pero conviene no olvidar que Camarón vino en 1992 justamente porque el acontecimiento ya tenía su sitio ganado y bien ganado. Resistir todos esos años es una proeza “y más tratándose de un centro universitario; pocos festivales en Madrid tienen tanta historia”, afirma Alejandro Reyes, quien desde 1970 viene impulsando el Club de Música y Jazz San Juan Evangelista, entre cuyas actividades está precisamente este Festival. En 2006 Deflamenco.com otorgó una Mención Especial a esta institución en reconocimiento a ese trabajo no siempre fácil, sobre todo en los tiempos preconstitucionales. Si destacábamos al principio la letra del taranto que cantó Argentina, una buena forma de cerrar esta crónica sería recordando una antigua toná que Mercé regaló en los bises:
“Que mira si es verdad,
Que la calle Evangelista,
Es calle de la libertad»
Videos:
|